1. INTRODUCCIÓN. Viajar
VIAJAR: Una ambición de muchos
A los amigos que con generosidad nos brindaron hospitalidad:
(Copia de Patricio Orellana Vargas, óleo, 40X50cms)
Una ambición de muchos.
Cuando alguien se saca un gran premio y le preguntan qué va a hacer con el dinero, muchas veces una de las respuestas es: ¡viajar!
Pero también hay excepciones y el viaje a otros países no figura en sus planes, el viaje es algo que pasa y desaparece, entonces prefieren algo tangible que pueda mostrarse: un automóvil, una casa, ropas, joyas, propiedades.
Yo pertenezco a la primera clase de personas, ni siquiera tengo auto, no me he sacado ningún premio pero prefiero gastar mis ahorros en otro viaje antes que acumular bienes… Aunque suene cursi, creo que los viajes enriquecen culturalmente, especialmente si se trata de ir a lugares que tengan valor histórico y humano.
Ahora emprendo un viaje de varios meses: voy a Italia, Francia, España, Croacia, Grecia y Turquía. Ya he viajado por 40 países y éste es mi viaje no sé cuanto. He viajado tanto, especialmente porque trabajé en organismos internacionales y en universidades, lo que me permitió asistir a numerosas reuniones y seminarios en muchos países distintos. Ahora estoy retirado y como en los últimos años seguí haciendo clases, ahorré dinero y en la vejez, ya no hay gastos en la educación de los hijos o en pagar los dividendos de la casa, viajo más que antes.
Y todo esta historia personal, que poco interesa a los demás, es como preámbulo a una serie de crónicas de viajes que prepararé para los lectores de este periódico. Hasta ahora había colaborado en dos temas de mi especialidad: ética pública y modernización de la gestión pública, materias en las que hice clases durante varios años en universidades. Creo que advertimos con mucha anticipación todo el proceso de corrupción desatada que hoy conocemos. El otro tema, propio de un diario regional ha sido la descentralización, que junto a la probidad y la participación consideramos como los tres problemas fundamentales de la gestión pública en Chile.
Pero por algunos meses dejamos estos temas serios y comenzaremos con las crónicas de viaje que ojalá gusten a los lectores, aunque no siempre se referirán exclusivamente al acontecer actual, sino que a hechos generales o a experiencias anteriores, que sirven para comparar. Si no les gustan, ya saben: diríjanle una nota al Director (del Diario) para que me elimine. Yo creo en la participación.
Empezaremos estas crónicas, antes de partir a los distintos destinos, tratando el tema de viajar en general y recordando un trozo del poema “Itaca”, del poeta griego Kavafis:
Cuando salgas en el viaje hacia Itaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos
A los lestrigones y a los cíclopes,
al irritado Poseidón no temas,
tales cosas nunca hallarás si elevado se mantiene tu pensamiento,
si una selecta emoción de tu cuerpo y tu espíritu embarga
A los lestrigones y a los cíclopes
y al feroz Poseidón no encontrarás
si dentro de tu alma no los llevas,
si tu alma no los yergue delante de ti.
Cómo viajar.
He conocido muchos amigos que decían que les gustaba viajar, pero siempre lo postergaban. Cuando era joven estuve becado en Inglaterra, junto con un grupo de otros 11 chilenos, pasamos un par de años en ese país. Yo conocí 67 ciudades de Inglaterra, Gales y Escocia, además de otros lugares. El resto de los becados, casi no conocieron nada fuera de Londres y la ciudad en que siguieron sus estudios. Todos decían que era hermoso viajar, pero que lo harían después, con más recursos y cómodamente. En realidad a los que he visto después, nunca encontraron los recursos ni se dieron cuenta que los recursos abundaban cuando estaban en Inglaterra. Yo todos los fines de semana tomaba un tour en bus, eran viajes económicos y excelentemente bien organizados. Mientras mis compañeros pasaban los fines de semana encerrados en el Pub del barrio, yo estaba trepando por castillos, visitando ruinas de aldeas celtas, las grandes construcciones megalíticas, o las viejas catedrales inglesas. Cuando no era así, estaba en los museos de Londres, Oxford, Cambridge y Stratford on Avon. Entonces llegué a la conclusión que viaja el que quiere y no siempre el que puede.
Viajar es cada vez más económico, los pasajes a Europa valen 1200 dólares, pero no es difícil conseguir uno en 500 o 700 si viaja en una fecha que las compañías aéreas no tienen clientes. Hay tours a todos precios por Europa. Además siempre hay algún amigo generoso que recibe en su casa por algún tiempo.
A través de Internet uno puede averiguar los precios de todos los hoteles en todas partes y no tendrá sorpresas. Si tiene tarjeta de crédito Card puede hacer las reservas eligiendo las fechas más económicas, por ejemplo no ir a Venecia en la época del carnaval e ir a Florencia en esas fechas, después ir a Venecia y los precios de hoteles serán la mitad. ¡Claro que no verá el carnaval!
Uno puede hacer su plan de viaje y ver qué pasaje es el más barato dentro de Europa, si se viaja en avión, en tren o en barco. Hay diferencias increíbles según la época y los destinos. Se pueden hacer algunos tramos en tours muy baratos que incluyen gran parte de la alimentación. Los turistas virtuales, es decir aquellos que piensan viajar y nunca lo hacen, ponen exigencias tales que nunca viajan.
Soy turista.
Abundan los viajeros virtuales que dicen que ellos jamás serán turistas que como recua de burros siguen a un guía. Abundan los escritores y periodistas que manifiestan su desprecio por el turista sin comprender que el turismo es la única forma de que las masas (aunque seleccionadas) puedan viajar. Sólo aprovechando los precios por lotes es accesible el turismo para muchas personas. Antes, sólo los nobles y los grandes burgueses podían viajar. El turismo de masas tiene un contenido democrático.
He viajado de muy diversas maneras, evidentemente cada forma tiene sus ventajas. Viajar por su cuenta permite gran flexibilidad y hacer cualquier cambio. Viajar en tour (por lotes) exige una planificación muy rigurosa. Viajando por su cuenta se pueden elegir las personas con las cuales contactarse: otros viajeros transitorios o nadie si uno prefiere estar solo. En el grupo del tour, en cambio pueden tocar personas simpáticas o desagradables. En un tour que hicimos con mi esposa, iba un brasileño que medía dos metros y reclamaba permanentemente porque el bus no tenía asientos especiales para personas como él, además siempre mostraba gruesos fajos de dólares y reclamaba por la comida, por las camas cortas, por los museos, por todo. En ese caso es obvio que es preferible que viaje por su cuenta, ya que podía pagar todos sus caprichos.
En cambio, siempre hay muchas personas agradables y es muy fácil llevarse bien con ellas. Todavía, después de varios años tenemos una amiga venezolana que conocimos en un tour y nos escribimos con otros. Con los chilenos, que a veces van en el grupo hay una afinidad inmediata. En una oportunidad iba una pareja de chilenos viejos, muy gentiles y amables, pero los miraba con gran reticencia porque él había contado que había tenido un fundo, entonces yo lo consideraba como un latifundista explotador, pero después resultó que había tenido un fundo que le habían expropiado durante la UP, pero él era partidario de la reforma agraria y dos de sus hijos (que le habían regalado el viaje) eran destacados abogados defensores de los derechos humanos. En todo caso hemos aprendido a tener buenas relaciones con los del grupo, lo que casi siempre es natural, pero a la vez, sabemos que no se pueden formar grupos grandes. Una vez en París salimos juntos unos diez viajeros a recorrer los grandes bulevares, pero fue un tormento, porque algunas mujeres estaban media hora en cada tienda, mientras que otros sólo querían estar un par de minutos, de manera que el grupo era como un acordeón y había que preocuparse de juntarse nuevamente y esperar mucho tiempo.
El viajar en “paquete” o tour tiene otras ventajas: todo está resuelto, siempre hay asistencia. Cuando se viaja solo hay una pérdida muy grande de tiempo comprando pasajes, estableciendo itinerarios, buscando hoteles, restaurantes, consultando sobre lugares y qué bus emplear etc. Además, cuando se viaja solo, los precios en los hoteles son tres o cuatro veces más caros que cuando se va en “paquete” y generalmente los hoteles son excelentes en los tours, en cambio, cuando se viaja solo, los hoteles pueden resultar malos y caros. De manera que quien quiera viajar a Europa, por primera vez, le recomendamos el tour, lo que puede ser seguido por tiempo disponible en alguna ciudad especial para uno o donde se tiene amigos.
Por nuestra parte, en este viaje, estaremos unas semanas en casa de una amiga en Rapallo, en la costa azul italiana (la Liguria), cerca de Niza, y después visitaremos Florencia, Pisa, Venecia y Niza. Posteriormente haremos un tour recorriendo Italia, Francia y España. Más tarde, cuando salga el primer crucero de Venecia, haremos el viaje en barco por el Adriáatico y el Egeo, visitando Croacia, Grecia y Turquía. Pero además estaremos una semana en París.
Consejos amigables.
La recomendación final: Cómo dice Machado hay que viajar “ligero de equipaje”. Llevar lo menos posible, pero todo lo necesario. Yo hago una lista de cabeza a pies: ¿Necesito paraguas, gorro de lana si es invierno? ¿material de lectura y guías? ¿Necesito gorra para el sol si es verano? ¿peineta, shampoo, anteojos…? ¿documentos, dinero, pasajes, etc. etc.? Nunca me ha fallado el sistema. Y una recomendación final: todos los documentos y dinero pegado al cuerpo, nada valioso en carteras, maletines o bolsos. He visto a más de un viajero lamentándose porque le robaron el maletín con los pasaportes, pasajes y dinero en el hall de un hotel, en la confusión de los 20 viajeros que llegaban juntos. Siempre a la vista las maletas. No creer cuentos. En Zurich vi a una japonesa que esperaba con dos maletas, un individuo se sentó a su lado y miró las etiquetas de una maleta, se levantó y fue donde otro y le dijo algo. Éste fue donde la japonesa y algo le explicó y la japonesa le entregó una maleta. Después llegó el japonés, esposo de la dama y se dio cuenta que su maleta había desaparecido: empezó a gritar como samurai y la japonesa chillaba, lloraba, temblaba y zapateaba de terror. ¿Qué había pasado? El tipo que se había sentado al lado de la japonesa había visto el nombre del dueño en la etiqueta de la maleta, su cómplice fue donde la japonesa y le dijo: “Mr. Susuki me encarga que le lleve su maleta porque la necesita, él vendrá luego y dice que lo espere” (Todo esto en inglés) Y la japonesa inocente le entregó la maleta. No alcancé a ver si el japonés mataba a su mujer o si se suicidaba porque ya llegaba mi tren.
Finalmente, es recomendable comprar los pasajes aéreos, los eurail tickets, los vouchers de los tours con anticipación. Ahora cuando voy a viajar, mi nieta se dio cuenta que su nombre estaba mal escrito en un pasaje y mi esposa figuraba como Mr. Mario Orellana, cuando el nombre legal es otro y por supuesto, no es Mr. Todos estos problemas se resolvieron porque teníamos tiempo de sobra y faltaban semanas para partir.
Siempre he considerado que es muy útil comprar los pasajes de avión, de tren, pasaportes, seguros y tours en una sola agencia de viajes conocida, comprar los pasajes en la línea aérea es inconveniente si hay que considerar que debe calzar exactamente con el tour, con las reservas de hotel, etc. En cambio si todo se hace en una agencia es seguro lograr la coherencia en todos estos trámites. Además, en la Agencia saben exactamente la situación del mercado y si hay alternativas que ninguna línea aérea va a estar interesada en informar. Yo siempre voy a una pequeña agencia (Columbia Viajes) en Huérfanos al llegar a Amunátegui y nunca me han fallado en ningún aspecto.
Patricio Orellana Vargas
febrero 2003
