Capra, Fritjof El punto crucial. Ciencia, sociedad

Fritjof Capra, El punto crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente

 

Fritjof Capra, El punto crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente, Buenos Aires, Editorial Estaciones, 1999. 514 Págs.

Fritjof Capra es un influyente pensador que a partir de la Física, desarrolla nuevos enfoque sobre la ciencia que han influido en todas las ciencias. El tema que desarrolla el autor es el cambio de paradigmas, pasando de la visión mecanicista fundada en Descartes y Newton a otra de carácter holístico y ecológico. La conexión existente entre los mundos biológicos, sociales, psicológicos y ambientales no pueden ser explicados por la concepción cartesiana, necesitan un enfoque ecológico, que incorpore, entre otros, el aporte de la dialéctica histórica, de Marx, Toynbee, Sorokin y la filosofía oriental, en especial el I Ching y sus conceptos del yin y el yang. Este enfoque cambia todos nuestros pensamientos y valores superando la visión patriarcal y ubicando el aporte femenino como una de las variables fundamentales del cambio que viene.

Este cambio de perspectiva es una expresión de la crisis que vive el mundo, cuyas manifestaciones son el desempleo, la crisis energética, la violencia y la criminalidad.

El autor presenta su trabajo en el siguiente orden:
-Las condiciones de la crisis que fundamenta.
-El desarrollo histórico de la visión cartesiana y su crítica.
-La influencia del cartesianismo en diversos campos científicos y sus limitaciones.
-La nueva visión de la realidad: teoría de sistemas, el enfoque holístico, la integración de los enfoques orientales y occidentales en diversas ciencias destacando una perspectiva espiritual fundada en el aporte de carácter ecológico y feminista.

La cultura se desarrolla en ciclos de largo plazo, coexistiendo en algunos períodos una cultura y su contracultura que se desarrolla en oposición a la vigente, hasta que la nueva supera a la antigua que se expresa en su decadencia.

Toynbee considera que una civilización surge cuando se pasa de una situación estática a una dinámica por un mecanismo de estímulo y respuesta. Sorokin distingue los ciclos de civilización . La era actual es la del combustible fósil. Los sistemas de valores que son el trasfondo de estos ciclos son el sensato (materialista), el ideacional (espiritualista) y el idealista (combinación armoniosa de lo material y lo espiritual). Por su parte Marx encuentra el motor del cambio en el conflicto.

Una teorización general del cambio, inspirada en la filosofía oriental, es considerar que hay una interacción dinámica de dos fuerzas opuestas pero integradas (el yin y el yang), como una cuerda cuyos dos extremos difieren, pero siguen unidos y predomina uno u otro, pero siempre en alguna forma de combinación. La actual civilización es un predominio del yang, del polo expansivo, agresivo y exigente. Esta cultura es sensata, patriarcal o machista, cientificista, mecánica y analítica.

El universo mecánico.
Entre 1500 y 1700 surgió el actual sistema de valores . La visión orgánica que incluía lo espiritual fue reemplazada por una concepción de un mundo similar a una máquina, resultado de la Revolución Científica.

Copérnico, Kepler y Galileo derrumbaron la visión tolomea del universo centrado en la tierra y se empezó a utilizar la experimentación científica y a formular las leyes naturales en conceptualizaciones matemáticas. Las propiedades cuantificables de la materia era el objeto de la ciencia.

Con Bacon la ciencia tiene un objetivo pragmático: dominar la naturaleza, lo que sigue vigente en el pensamiento de Marx y en todo el desarrollo del capitalismo. La metáfora mundo máquina era la visión vigente. El reloj como instrumento mecánico era lo que inspiraba la búsqueda de las regularidades o leyes de la naturaleza.

El que estableció los fundamentos de la nueva ciencia fue el matemático y filósofo framcés, Descartes, quien cambió radicalmente toda la concepción de la verdad y del universo. La ciencia debe ser sabiduría cierta y verdadera que permita distinguir la verdad del error. El método cartesiano, inspirado en los avances de la Física invadió todas las áreas del conocimiento humano. Partía de la duda metódica. Hay que dudar de todo y empezar a encontrar verdades para continuar desarrollándolas. La primera aseveración de descartes es “Pienso, luego existo”. El pensamiento y la razón son entonces, los que pueden establecer la verdad, sólo lo que es percibido con gran claridad y distinción es absolutamente cierto. Hay que dividir lo complejo en sus elementos más simples para poder entender las partes y llegar a la comprensión del todo.

Capra dice “Gracias al método cartesiano, la NASA logró poner un hombre en la luna”.

Sin embargo, este, método separa la razón de la materia y el reduccionismo significa que todo debe ser reducido a sus elementos esenciales, aunque esos elementos separados dejan de ser el todo que eran.. Para Descartes el mundo era una máquina que podía entenderse por el movimiento y disposición de las partes. Este enfoque es el cambio drástico de organismo a máquina.

El otro gran pensador que fortalece estas concepciones es Isaac Newton, quien formulo leyes que aunaban todos los descubrimientos anteriores sobre los movimientos que rigen todos los objetos del sistema solar. “El universo newtoniano era, en efecto un enorme sistema mecánico regido por leyes matemáticas exactas”. El tiempo y el espacio son absolutos.

Los aportes de Dalton y Locke, fortalecieron estas conclusiones.

La Física moderna.
Pero algunos investigadores empezaron a estudiar ciertos fenómenos que no podían ser explicados por el modelo mecanicista, Faraday y Maxwell estudiaron las fuerzas eléctricas y magnéticas y llegaron a la conclusión que había necesidad de nuevos conceptos más sutiles como “campos de fuerzas”. La electrodinámica se salía de los parámetros newtonianos al descubrir que la luz era simultáneamente partícula y onda.

Otra revolución científica fue la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin. Los seres no eran máquinas estáticas, sino que estaban en permanente cambio.

La formulación de las leyes de la termodinámica fue otra puerta que se abría a nuevas explicaciones de fenómenos complejos que la mecánica no podía explicar. Los problemas del caos y la entropía indicaban que se marcha hacia abajo y que eventualmente el mundo se detendrá.

La revolución científica que había comenzado en la Física, volvía a repetirse en la misma área. El descubrimiento de los universos atómico y sub atómicos generan la nueva Física cuántica que ya tiene poco que ver con la Física mecánica. En el siglo XX se produce el derrumbe definitivo de la visión mecanicista con la Física Cuántica y con el pensamiento de Einstein y su teoría de la relatividad.

Einstein busca una armonía intrínseca de la naturaleza y propone la teoría general de la relatividad ampliando su visión a las leyes de la gravitación. Einstein “comenzó por dar una estructura común a dos teorías de la física clásica: la electrodinámica y la mecánica? y supone un cambio radical en los conceptos tradicionales de tiempo y espacio y por ello socava la visión newtoniana del mundo”.

Los físicos habían llegado a la conclusión de que todos sus conceptos y su manera de pensar eran insuficientes para entender los fenómenos atómicos. Si se aplicaban los principios newtonianos se llegaba a paradojas incomprensibles. La teoría cuántica demostró que las partículas subatómicas eran duales: partículas y ondas simultáneamente, a su vez un electrón no es ni una partícula ni una onda, aunque tiene características de ambos y se transforma permanentemente. La realidad de la materia estaba siendo cuestionada y reemplazada por “una tendencia a existir” y finalmente todas las leyes de la física atómica se expresan como probabilidades. Las cosas no son cosas, sino relaciones de cosas, que la vez son relaciones de otras cosas.

La Física llegaba a la conclusión de que el universo no se puede dividir, su unidad básica no puede ser una parte independiente, sino que una relación de partes en un conjunto unificado. La división, esencia de la ciencia, chocaba con la realidad física indivisible o relacionada. La conclusión es que cualquier objeto no es en sí, sino la relación que guarda con otros. Un sistema de dos electrones, aunque estén separados en el espacio siguen estando relacionados por conexiones instantáneas e ilimitadas aunque la distancia sea astronómica y aunque la comunicación sea tan veloz como la velocidad de la luz no podría trasmitirse información.

Al mismo tiempo, en otros experimentos el observador (el sujeto) fija, por ejemplo el eje giratorio, es decir está en el fenómeno, destruyendo la noción del sujeto separado. “No se puede hablar de naturaleza sin hablar al mismo tiempo, sobre uno mismo”.

La materia no es algo pasivo o inerte, es algo dinámico en constante movimiento y el tiempo y el espacio son simplemente relaciones. “Según la teoría de Einstein el tiempo y el espacio son conceptos relativos y desempeñan un papel subjetivo como elementos del lenguaje para describir los elementos de la naturaleza”. La masa no es sino una forma de energía y la relación entre ambas es la famosa ecuación einsteniana de que e=mc2.

En el mundo sub atómico hay movimiento pero es como una danza sin danzantes y el universo es una red dinámica de fenómenos relacionados entre sí. La visión de la física moderna es una visión de sistemas, donde la conciencia está integrada y el orden y el caos son constituyentes.

El cartesianismo en medicina y psicología.
El modelo biomédico vigente en la sociedad actual tiene su fundamento en la visión cartesiana. El hombre es una máquina y la enfermedad es una falla en alguna parte de la máquina, hay que buscar esa parte y repararla conforme a la linealidad de la causa efecto.

Pasteur encontró la causa de algunas enfermedades en el ámbito celular y pudo establecer algunos microbios específicos que atacaban al hombre. Koch profundizó estas conclusiones aplicando el reduccionismo. La progresión de estas concepciones es buscar las causas a nivel molecular, de allí el auge de la biología molecular. Hay que ir a lo más pequeño que determina lo mayor.

Los espectaculares avances de la medicina en el siglo XX se fundan en estas concepciones. Se ha encontrado y clasificado a muchos microbios y virus causantes directos de ciertas enfermedades. El aumento de la esperanza de vida así parece demostrarlo.

Sin embargo, existe otra forma de enfrentar la salud y con ello la enfermedad. La definición de la OMS de concebir la salud como un estado de completo bienestar físico, sicológico y social es una aproximación a una visión holística. La salud no es meramente la lucha en contra de las enfermedades, debe abarcar aspectos sicológicos y sociales que generalmente los médicos y los biólogos excluyen porque no tienen poder para cambiarlos y se dedican a un ámbito muy limitado y definido. Si bien es cierto que el modelo biomédico ha arrojado resultados espectaculares, es evidente que muestra cada vez más limitaciones.

La esperanza de vida ha aumentado por cambios globales ocurridos en las sociedades modernas: el jabón, el agua potable, la disposición de las aguas servidas, los cambios nutricionales, la divulgación de la higiene han sido una explicación mucho más directa de los éxitos logrados. Hay estudios históricos que demuestran que la medicina ha tenido poco que ver con los avances logrados en los últimos tres siglos.

Es cierto que hoy se puede hacer trasplante de órganos y operaciones a corazón abierto, pero muchas de las enfermedades que se enfrentan con una tecnología de avanzada y carísima pueden preverse simplemente cambiando los hábitos alimenticios que privilegian las grasas y las proteínas y cambiando el tipo de vida sedentaria..

Los fármacos que curan determinadas enfermedades, generalmente traen aparejados desequilibrios en otras áreas de la salud humana y multiplican los problemas.

La visión cartesiana divide al hombre en cuerpo y mente, los trata separadamente y el ámbito específico aplica el reduccionismo hasta llegar -ojalá- al nivel molecular. En el ámbito de la salud mental los problemas se incrementan: el estrés y los desequilibrios de ansiedad, violencia o pasividad son enfrentados con fármacos que provocan lo opuesto. Pero esto es simplemente atacar los síntomas. El mundo de la salud mental es un campo en que los médicos y los biólogos han avanzado muy poco.

La conclusión del autor es que la relación entre medicina y salud es que las intervenciones biomédicas “si bien pueden ser muy útiles en casos individuales de emergencia, influyen muy poco en el conjunto de la población”.

Enfermedades tan comunes como el resfrío son un misterio para la medicina. El cáncer es indescifrable hasta ahora. Hay ataques parciales a sus síntomas, pero sin saber su lugar en la vida humana es poco lo que puede hacerse.

El autor sostiene que numerosos estudios conducen a considerar que “el factor principal que determina la salud de los seres humanos no es la intervención médica, sino su comportamiento, su alimentación y la naturaleza de su entorno”. Por ello las enfermedades tienen un rasgo cultural y difieren en diversos países.

La imagen cartesiana del reloj es la que se aplica al ser humano. Se repara, como se repara una máquina: por partes dañadas, reduciéndolo a sus elementos básicos.

En aspectos filosóficos tan generales como la muerte, la medicina no tiene respuestas, excepto la visión mecanicista de que el artefacto se descompuso definitivamente. La enfermedad es el enemigo a vencer y hay que desarrolla armas para combatirla. La idea del buen morir es una aberración desde el punto mecanicista.

La enseñanza de la medicina es la más competitiva que existe y preconiza el enfoque agresivo (operación, invasión de gérmenes, bombardeo de radio, guerra química). Se busca una causa para cada enfermedad, pero esta especificidad no concuerda con la complejidad de la enfermedad. Una misma enfermedad afecta de manera distinta a diversas personas, pero el huésped o enfermo no es el objeto de estudio, lo es la enfermedad.

Hay medicinas no comerciales, pero los médicos sólo reciben información de las que se transan en el mercado. La especialización ya llega al 75% de los médicos, los que sólo saben parcialidades. La recepción de la gente es más favorable a los fármacos y la cirugía que a las concepciones de médicos progresistas que tratan de que la persona enfrente globalmente la enfermedad. Los curanderos, que basaban su acción en hierbas y en ritos mágicos que involucraban al paciente como ser integral, son despreciados, aunque en los enfoques holísticos está la nueva perspectiva de la medicina que termine con la separación mente-cuerpo.

El creciente coste de la medicina, su desarrollo tecnológico sofisticado y la separación entre médico y paciente son problemas que hay que enfrentar.

En salud mental hay dos grupos de profesionales: los médicos siquiatras, que fundan su acción en la fisiología y los psicólogos que ponen énfasis en lo cultural. Estos dos enfoques no se comunican . Un psicólogo no sabe casi nada de medicina y un médico no sabe casi nada de psicología. El objeto de estudio- el hombre- por lo tanto es dividido y parcial en cada caso. Los estudios sobre la relación entre el cáncer y el estado anímico son inexistentes, a pesar de que se sabe que se influyen recíprocamente.

Todas las tendencias en psicología se han subordinado al método cartesiamo, en contra de la introspección, que el mismo Descartes sostuvo. La psicología aceptó métodos dispares porque separaba mente y cerebro. Los estructuralistas utilizaron la introspección para averiguar sobre la conciencia y los conductivistas estudiaban el comportamientos, dos enfoques que estudiaban dos aspectos y no la totalidad. Freud, por su parte usa la libre asociación para crear el psicoanálisis, pero aquí también se buscaba el análisis y encontrar la causa pasada de los comportamientos actuales.

Las antiguas visiones oriental y griega fluctuaron entre especulaciones que se centraban o en la materia o en el alma o idea. El avance de la medicina y la biología fortalecieron las tendencias neuroatomistas y la búsqueda se centró en descubrir las zonas del cerebro responsables de facultades definidos. El éxito inicial se transformó en fracaso al tratar de ubicar la región cerebral de la memoria y el aprendizaje.

Otra área que se desarrolló fue el del estudio de los reflejos, que explicaron comportamientos simples pero que no llegaron a encontrar las causas de comportamientos más complejos. El método reduccionista tuvo su culminación con Wundt. Otros grandes científicos intentaron transformar a la psicología en una ciencia natural, “que puede prescindir de la conciencia igual que la química y la física”.

Freud avanzó en el sentido de descubrir el universo del subconsciente y de los complejos, pero insistió en subordinar la psicología a la neurología y en utilizar los conceptos de “fuerzas” provenientes de la física para analizar los conflictos (Eros y Tanato, Líbido y Destrudo). La primera teoría freudiana para explicar la neurosis es como un modelo hidráulico: Las situaciones dramáticas de la infancia que no pudieron salir, se mantuvieron reprimidas hasta que encontraban salida por cauces irregulares. La tarea era descubrir esas fuerza y abrirle caminos regulares para enfrentarlas.

La Psicología es la disciplina que más ha insistido entre la separación entre fenómeno observado y observador (paciente y psicólogo), aunque la terapia y la clínica es en su esencia una relación.

Adler dio un paso adelante al considerar que los problemas psicológicos tenían raíces sociales y Jung tuvo una visión mucho más estructural que Freud.

El desconocimiento de la física moderna por parte de los psicólogos le impide entender que todas las esferas están unidas y que conciencia y cerebro son facetas de un mismo fenómeno.

La economía mecanicista.
De todas las ciencias sociales, la que más presume de cientificidad, es sin duda, la economía. Ello es así porque se ha preocupado de fenómenos cuantificables, fragmentarios y reduccionistas, esto le ha permitido emplear sofisticados modelos matemáticos y jugar con variables y fuerzas para determinar equilibrios.

El mecanicismo inspirado en la física tradicional, elimina totalmente los valores que puedan infectar la objetividad de esta ciencia y construye modelos abstractos con una serie de supuestos que la alejan totalmente de la realidad, como es el caso del mercado perfecto, que sólo existe en los libros de texto.

La evolución de la economía ha acentuado este carácter mecanicista, porque los fundadores como Smith, Stuart Mill y Ricardo incoporaban aspectos de la realidad social en lo que llamaban Economía Política, como la ética incorporada por Mill, pero con el pensamiento neoclásico y el desarrollo matematizante la transformaron en Economía a secas, eliminando todo lo que tuviera relación con política. Esta visión sesgada ha fracasado rotundamente al ser incapaz de concebir la dinámica económica y perseguir estados de equilibrios inexistentes porque el desequilibrio es la característica de la vida económica. También resulta absurdo eliminar los valores porque éstos, expresados en concepciones religiosas, políticas y sociales van a determinar muchos aspectos de la economía.

Max Weber con su interpretación del desarrollo económico capitalista en función de la ética protestante, es uno de los escasos ejemplos en que se intenta establecer esa relación. Marx que se negaba a aceptar el calificativo de economista, incorporó los factores políticos y sociales, avanzando hacia visiones integrales, aunque también cayó en la conceptualización matemática.

La economía moderna supone la necesidad de un crecimiento sin fin y no considera en absoluto los efectos de éste sobre el medio ambiente. La mala administración de la economía actual pone en cuestionamiento la teoría económica pues el desempleo y la crisis no son temas que encuentren solución teórica en esta economía.

La economía además presume de ser una ciencia ahistórica, aunque en realidad está directamente vinculada al sistema de mercado, el cual sólo existe sólo desde el siglo XVIII en algunos países del mundo.

El gran descubrimiento de la economía es la fijación de los precios a través de las leyes de la demanda y la oferta. El juego de estas fuerzas y su puntos de equilibrio es su más excitante expresión matemática que se ha hecho cada vez más compleja, pero que poco tiene que ver en la realidad y su expresión mágica es la institución de la mano invisible del mercado y el laissez faire, que tampoco existen en la realidad compleja de relaciones que definen la economía actual. Todo este juego de fuerzas se inspiran en la mecánica de Newton.

Keynes desplazó el interés desde el micro nivel al macro y aceptó que el Estado debía cumplir un rol anticíclico a través de políticas monetarias y de inversión. Pero tampoco esta concepción es válida actualmente en la red económica mundial que no corresponde a economías nacionales relativamente autónomas. Las multinacionales han cambiado la realidad y factores como la publicidad son cada vez más importantes,

Tanto el capitalismo como el comunismo cayeron en la trampa del crecimiento sin fin. la Economía no considera la actividad no monetaria, a pesar de que ella es responsable de los dos tercios del producto generado en Estados Unidos.

Capra finaliza su crítica a la Economía sosteniendo: “La revisión de nuestros conceptos básicos y de nuestras teorías será tan radical que cabe preguntarse si la economía misma, como ciencia social podrá sobrevivirle”.

La cara oculta del desarrollo.
Para muchos el desarrollo es un deseo permanente y una meta nunca alcanzable. La visión cartesiana que ha influido en todas las ciencias ha impuesto el reduccionismo que ha conducido a una cultura profundamente insana, porque la verdadera sanidad está en la integración de mente y cuerpo, cerebro y conciencia.

Algunos efectos de la visión imperante son los desechos químicos. La producción se ve separando el producto de los efectos que crea al producirse y al consumirse o usarse, se produce a un ritmo frenético, sin importar estos efectos. Los residuos industriales amenazan ya nuestra vida. El consumo masivo del petróleo acarrea catástrofes permanentes. La producción de electricidad en base al carbón genera anhídridos sulfúricos y nítricos venenosos que producen la lluvia ácida. La energía nuclear crea residuos radiactivos que no pueden eliminarse (demoran 500.000 años en neutralizarse). El plutonio (de Plutón, dios de los infiernos) es generado por toneladas y basta medio kilo para producir cáncer terminal a los pulmones a todos los habitantes de la tierra. La generación de estos residuos por parte de la industria bélica son secretos. No existen tecnologías seguras para manejar la energía nuclear y ha habido accidentes y en otros casos, bombas nucleares que se activaron, sólo se logro detenerlas después de haber usado los seis sistemas de seguridad, porque sólo el último funcionó.

La política de Estados Unidos pasó de la disuasión al concepto de dar el primer golpe.

Otro caso son los alimentos. La producción de ellos implica absorción de los productos químicos nocivos que se incorporan en los fertilizantes y en los insecticidas. Los alimentos también se han desintegrado, refinados y se han contaminado con saborizantes, conservantes y colorantes. Los fármacos se producen sólo con perspectivas lucrativas y los médicos son incorporados a ese proceso de una u otra forma ya que se destinan $ 4.000 dólares al año por médico en trucos publicitarios para convencerlos (65 veces más que lo que se gasta en investigación). Hay medicamentos cuyos efectos nocivos son conocidos y sin embargo se han mantenido en el mercado por la presión de las grandes industrias farmacéuticas. Finalmente la salud es un negocio lucrativo dependiente del complejo médico industrial.

La agricultura se ha transformado en un negocio químico que deteriora la tierra, la revolución verde resultó un fiasco. La pobreza y el hambre en el mundo subdesarrollado cambió: ahora hay más que antes.

Todo esto ocurre por la visión desintegrada que provee la ciencia reduccionista y mecanicista, que no concibe la ingerencia de valores.

Hay algún despertar de grupos ecológicos y de producción natural, pero son débiles e incipientes.

La visión integral de la vida.
El nuevo paradigma es que los fenómenos físicos, químicos, biológicos, psicológicos, sociales y culturales están relacionados y dependen mutuamente. Pero hasta hoy no hay estructuras conceptuales que se adapten a él. Siguen primando las visiones reduccionistas de ver cada fenómeno separadamente y encontrar en él sus elementos primarios, que son a su vez sus causas.

El enfoque mecanicista ha hecho aportes innegables a la ciencia, pero está agotándose. Ahora hay que desarrollar el enfoque de sistemas. El árbol de la vida cuyas raíces son las células, se desarrolla en los órganos y se hace más complejo en los sistemas orgánicos hasta llegar al organismo, hay que invertirlo y empezar por el organismo retrocediendo hasta las células, que en alguna medida sólo existen teniendo en sí al organismo, porque no son partes independientes, sólo existen en el todo del organismo.

Los astronautas que ven la magnífica imagen de la tierra desde la distancia no pueden dejar de entender que es un solo sistema y que, incluso ellos, a pesar de estar a inmensa distancia no son sino una parte del sistema. Estos sistemas son autorganizados y se crean y renuevan permanentemente. Toda la biosfera es un tejido de formas vivas y no vivas que se adaptan, cambian y evolucionan “desde la multiplicidad y el caos hacia la unidad”, como dice Ervin Lazlo.

La visión de los griegos vuelve a tomar vigencia, Gea, la tierra existe como un organismo.

El hombre como conjunto de células es totalmente distinto en algún tiempo, sin embargo, sigue siendo el mismo, aunque las células de su páncreas se renueven cada día, la sangre cada 10 días y el 98% de las proteínas del cerebro cambian en menos de un mes. La autorenovación es esencial en los sistemas autoorganizadores, pero el deterioro existe y conduce a un fin.

En física la entidad física es un problema de la física subatómica, algo parecido ocurre en biología con la célula

El hombre es un ser que evolucionó genéticamente hasta hace 50.000 años, hoy su evolución es mucho más vertiginosa porque es cultural. Parece que nuestra capacidad de crear un mundo abstracto interior nos hace perder el contacto con la vida y ser incapaces de colaborar cuando todo es colaboración, llegando a matar a los miembros de su misma especie.

La conciencia, parte de la vida, no puede ser separada y hay autores como Teillard de Chardin que se han anticipado y han desarrollado el concepto de capa mental o noosfera y valoraba lo místico considerando a Dios el origen de la fuerza de evolución y del bienestar. Este concepto de lo divino se acerca a la ciencia moderna.

Visión holística de la salud.
La asistencia médica occidental, como cualquier otra es producto de su historia, lo mismo ocurre con otras medicinas, por consiguiente incorporar algunos elementos integradores de las medicinas orientales no es un proceso sencillo. El cartesianismo en medicina ha permitido enfrentar exitosamente muchas enfermedades y especialmente los accidentes. El chamán de otras culturas trata de enfrentar la enfermedad con la persona, estableciendo una relación profunda con ella. En occidente la separación es la norma, médico y paciente no se conectan y casi no se conocen. El médico conoce la enfermedad del paciente, pero no a la persona enferma.. La visión chamánica es integral, considera al chamán y al paciente parte de un sistema ordenado y la enfermedad como falta de cierta armonía. La integración de lo sicosomático es el desafío de la nueva medicina.

La medicina griega tiene las mismas raíces holísticas, la curación se vio como relacionada con divinidades, sin que dejaran de lado los aspectos sicológicos y la influencia del ambiente. Los fármacos, la cirugía iban acompañados de sueños, fiestas, lugares de descanso y también de prevención y educación. Las enfermedades no son producto de demonios, sino de desequilibrios entre el ambiente, el modo de vida y la naturaleza humana.

La medicina china considera el cuerpo como un sistema individual, en que sus partes son funciones relacionadas y con fluctuaciones continuas. El ch´i es un concepto equivalente a aliento vital o energía que mantiene el cosmos. Este ch´i es el que se desequilibra y la tarea del médico con el paciente es restablecer el equilibrio totalizador pero no alcanzar la salud total, porque los desequilibrios son permanentes. En Japón existen los médicos kanpo, que han logrado combinar la medicina moderna con la tradicional en técnicas muy eficaces.

Una salud holística que incorpore los aspectos físicos, sicológicos y sociales es el desafío para las próximas décadas. Ya hay antecedentes y progresos. La homeopatía es un intento de eliminar los fármacos concentrados y usar fármacos de origen herbario no concentrados y principalmente establecer una profunda relación entre paciente y médico. Hay otros esfuerzos como los aportes de Jung, que reconoce la relación cuerpo mente como objeto del estudio.

Hay enfermedades desconocidas como el cáncer, donde el aspecto síquico puede ser fundamental. Para algunos biólogos la tarea que hay que emprender es estudiar como el cuerpo se relaciona con la mente en el ambiente general para enfrentar las enfermedades. En el ambiente tienen cabida elementos sociales y culturales que también influyen. Esta visión integral de la salud considera que cada enfermedad es en sí un fenómeno mental. La estructura conceptual debe basarse en la teoría de sistemas y la Física porque las estructuras temporales de la materia y las estructuras de la mente son reflejos unas de otras.

La transición a la era solar.
Los economistas convencionales se han centrado en el crecimiento sin fin y la destrucción de la naturaleza, poniendo énfasis en las tecnologías duras. La sabiduría integral es el nuevo camino que se aviene con la ecología en la que lo fundamental es la relación mutua. Capra apoya el lema “¡Piense globalmente y actúa a escala local!

La relación entre economía y política, entre política y naturaleza son permanentes y hay que considerarlas en relación, a su vez con entropía y energía. En esta concepción integrada “los sistemas de valores y la ética no son periféricos en la ciencia y la tecnología, sino que constituyen su base” y “las dimensiones cruciales de escasez en la vida humana no son económicas sino que existenciales”.

Para volver a una sociedad a escala humana hay que descentralizar el poder político, la regionalización es una necesidad. La producción de energía también puede descentralizarse y basarse en la energía solar y en el uso de tecnologías blandas para producir energía a base de recursos renovables y en la conservación y ahorro de esta energía.

La transición a la era solar ni siquiera requiere nuevas tecnologías, pero además éstas pueden avanzar. El pasaje del paradigma mecanicista al paradigma ecológico está ocurriendo y significa cambios en muchos aspectos. La información debe ser controlada por los ciudadanos, la prensa debe pasar de una visión fragmentaria a una holística, del sensacionalismo a una conciencia social. La economía esta reorganizándose en torno a modelos autogestionarios y participativos. Están avanzando las fuerzas de la ecología profunda que no sólo respetan el medio ambiente sino que implican cambios filosóficos y religiosos. Las nuevas ideas sobre salud están ganando terreno y el feminismo ya no tiene oposición. Los hombre deben jugar su rol de padres. Las nuevas alianzas tienden a no ser burocráticas ni jerárquicas. Amnistía Internacional es un ejemplo de este nuevo tipo de organización. La cultura en decadencia se niega a cambiar, pero es inevitable que decaiga y se desintegre. “La nueva cultura sigue ascendiendo y a la larga asumirá el papel de protagonista”

Comentarios.
Este libro abarca una revisión de casi todas las ciencias, tanto las llamadas ciencias pesadas como las livianas y las integra en una sola ciencia universal superando la actual construcción de estancos que siguen predominando en el conocimiento y en las universidades. Como es de imaginar, es una tarea gigantesca, que obliga al lector a aproximarse a ciencias de las cuales no tenía referencias porque todos hemos sido formados dentro de las ciencias inspirada en el cartesianismo y newtonianismo que las separa totalmente, como si la realidad pudiera dividirse en trozos funcionales.

Las críticas a todas las ciencias y a la ciencia, es sin embargo, una tarea enorme y necesariamente puede presentar alguna grieta, pero obliga a asumir una perspectiva que obliga a salir del nicho seguro de la propia ciencia que cada cual cree dominar. Lo que parece increíble ocurre. Es posible relacionar ciencias como la física con la economía o con la administración obligando a repensar los principios que se consideraban absolutos.

No todos aceptaran este enfoque y preferirán seguir por el terreno sólido de la materia específica que domina la ciencia especializada ya construida y venerada. Estamos en vísperas de ver este choque y el resultado puede no ser el que Capra vaticina, sin embargo, el enfrentamiento ocurrirá y es imprescindible fortalecer las trincheras del conocimiento establecido o salir a campo abierto a combatir esos conocimientos atrincherados en un pasado que ya puede ser obsoleto.

Es extraordinario como la Física se ha renovado y ha llevado a rastras a las otras ciencias, que parecen quedarse embelesadas en los conocimientos adquiridos. El cambio choca con las ciencias establecidas y es considerado peligroso. En la Física, el cambio y sus relaciones parece ser la materia central

Este libro, representa a una avalancha de un nuevo enfoque que se expresa en todas las ciencias, incluso en algunas como la Administración que no parece relacionarse con la Física y en la cual cada vez más autores adoptan esta posición integral.

Para las universidades, estos enfoques las obligaran a ser universales y terminar con los conocimientos estancos, separados unos de otros. Los valores, generalmente eliminados como elementos ideológicos contaminantes, pasan a tener derecho a existir y a estar presentes en todas las ciencias. Esto obligará a las universidades a considerar que en los cursos introductorios estos enfoques integradores deberán ser considerados así como el énfasis especial en los valores y la ética.

Todos los lectores, que alguna vez han sido pacientes y tratados por alguna enfermedad como objetos, entenderán que hay otras perspectivas en salud, donde el enfermo tiene que ser considerado integralmente y no exclusivamente como enfermo de?. La medicina no es una técnica aislada con toda una parafernalia impresionante, también debe ser cultura, integrando mente y cuerpo, materia y espíritu.

Es evidente que el autor se compromete con un futuro que implica una crítica severa a la actual sociedad globalizada dirigida por las transnacionales y por el poder burocrático centralizado. Esto chocará a algunos lectores que consideran un dogma la separación entre ciencia y política.

Algunos detalles.
Como es costumbre, el autor agradece a las personas que lo han ayudado e inspirado en esta obras, entre los muchos citados, figura el chileno Víctor Jara “por haberme inspirado con su arte y con su vida”. Esta mera cita plantea una visión muy amplia, que supera el dogmatismo científico y hay que recordar que Capra viene del mundo de la Física, donde se han abierto otros universos inmensos y diminutos al conocimiento: las galaxias, el universo atómico y el subatómico. Pero hay otra dimensión que Capra incorpora, esta es la espiritual y que es exclusiva del hombre. La aceptación de estos universos como un todo es lo que constituye la visión holística.

La edición de la Editorial Estaciones, deja mucho que desear, hay errores dactilográficos repetidos y las notas, que están ordenadas por capítulos, no guardan un orden secuencial, a las notas del capítulo 6 siguen las de 9 y a las del 12, las notas del 7 y 8.

Patricio Orellana Vargas

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