Austeridad y cinismo de la burocracia.

Austeridad y cinismo de la burocracia

 

La ideología del cinismo.

La Concertación de Partidos por la Democracia traía un gran bagaje ético: representaba los valores de la democracia frente a la dictadura; el respeto a los derechos humanos frente a la la violación de la dignidad de las personas; la honradez y austeridad frente al enriquecimiento de los gobernantes militares… Esta superioridad moral está naufragando en el afán incontrolable de la burocracia (entendiendo por tal a los políticos que acceden al poder administrativo) de maximizar sus ingresos. Para ello han construido toda una ideología corporativa que pretende justificar los grandes sueldos, los sobresueldos pagados clandestinamente con los fondos reservados, los honorarios adicionales por trabajos inexistentes, las indemnizaciones a todo evento, los trabajos superpuestos y simultáneos cobrados en dos o más instituciones, hasta la transformación de la técnica del outsourcing (subcontratación) en otra forma de crear empresas fantasmas financiadas por el Estado, para que pague sobresueldos a los mismos funcionarios que la crearon y que no realizan trabajo alguno. La creatividad de la burocracia llega a tales extremos que su ideología del cinismo (como la califica el tratadista de Harvard, Robert Klitgaard, al analizar las justificaciones de la corrupción) se expresa en declaraciones de ex ministros que señalan que cuando desempeñaban esos cargos no les alcanzaba para mantener su hogar y su señora debía salir a vender huevos o las expresiones del Ministro de Hacienda: si se paga con maní sólo se pueden contratar monos, copiado de lo manifestado por un Ministro de Singapur. El ingenio de este Ministro es apabullante porque estos monos ganan casi 5 millones de pesos mensuales, lo que debe compararse con la realidad del el salario mínimo o de los salarios promedios que son cerca de una centésima de los que ellos ganan ¿Si los Ministros que ganan 5 millones son monos? ¿Qué son los 15 millones de los chilenos que ganan menos? Lo chocante de todo esto es que además, en sus discursos cuentan que se están sacrificando por la patria.

Además el Ministro mencionado, débil en zoología, no parece saber que en Chile no hay monos (sólo existe el monito del monte en Chiloé, pero es un marsupial).

Después de todos los escándalos que los chilenos hemos conocido, el saldo efectivo es que todos los jerarcas de la Administración Pública recibirán sus emolumentos en forma transparente, en vez de operar clandestinamente. Evidentemente que han ganado legalidad y además serán rentas exentas de impuestos, ya que figurarán como gastos de representación. Obtiene un privilegio adicional y además otros dos: no tributar retroactivamente ni a futuro sobre montos que son superiores a sus sueldos oficiales. ¿Quién ganó con los escándalos?.. Los mandarines de la burocracia.

En los últimos despidos de gerentes en CODELCO (porque perdieron 90 millones de dólares por error) y en Ferrocarriles (por las incapacidad para establecer seguridad mínima en ellos) se pagaron las conocidas indemnizaciones a todo evento. Estos privilegiados reciben de nuevo indemnizaciones multimillonarias, ya que por artilugios legales, el instructivo presidencial que ponía topes a esas indemnizaciones no se aplica.

El balance de la burocracia concertacionista es claro: ganaron materialmente, pero la Concertación perdió lo que tenía más valor: los principios éticos que sustentaba.

Un historia limpia.

Si alguien lee con profundo interés la historia de Chile de Encina, la de Vial, la de Barros Arana, la de Vitale, los aportes de Julio César Jobet, de Ramírez Necochea o los más modernos como Jocelyn Holt, Villalobos, Gabriel Salazar, Julio Pinto y la de estudiosos extranjeros, especialmente norteamericanos, se puede concluir que efectivamente en Chile ha reinado la probidad administrativa con contadas excepciones. Leopoldo Castedo consideraba que la arquitectura chilena, baja, gris y sobria era una muestra de los valores de austeridad nacional. Nunca en la historia de Chile se dio el caso que 5 diputados fueran desaforados por una Corte de Apelaciones por un caso de coimas. Cinco diputados que representan todos los partidos de la Concertación e incluye hasta el vicepresidente de uno de sus partidos. Sin duda alguna, se trata de del el caso de corrupción conocido más importante de la historia de Chile. La única excepción significativa es la corrupción de la dictadura militar, la que hasta ahora permanece a la sombra de la historia.

Con mucha razón Marco Antonio de la Parra dice que Chile era un país pobre pero honrado. Ahora estamos perdiendo esa característica nacional. Seguimos siendo un país pobre pero la deshonestidad se incorporó a la historia política en forma abrumadora.

La honradez política era una característica nacional y la austeridad fue un concepto que los liberales y conservadores del siglo XIX se disputaban. En el siglo XX el gobierno de Frei Montalva ha sido registrado como un gobierno honrado y lo mismo ocurre con el de Jorge Alessandri y con el de Allende, cuyo lema popular en este aspecto fue “meteremos las patas pero jamás las manos”, en el sentido que se podían cometer errores pero jamás se aceptaría la deshonestidad. En estos ejemplos se muestra que la honradez política era una virtud nacional compartida tanto por la derecha, la izquierda y el centro. Jorge Edwards recuerda que la austeridad chilena se expresaba en Aguirre Cerda que salía a pasear sin escolta con su señora por la Alameda, que Manuel Montt al terminar su presidencia regresó a su trabajo en el poder judicial o que Aníbal Pinto regresó a hacer clases de idiomas. O Higgins no cobraba sueldo y Portales nunca los retiró.

Las excepciones comienzan con la dictadura militar y permanecen aún en la sombra porque la ausencia de prensa libre impidió mostrar la corrupción reinante, excepto en casos extremos como el enriquecimiento del yerno de Pinochet, Ponce Leroux y el escándalo de los pinocheque y el caso masivo de las privatizaciones fraudulentas.

Algunos piensan que la corrupción política y administrativa es reflejos de la globalización, creo que eso es simplemente parte de la ideología del cinismo, pues en muchísimos países del mundo los niveles de probidad administrativas son muy altos y el control social es muy efectivo.

Lo que vemos ahora es que la Concertación perdió todo su valor ético y ha ocurrido hasta el hecho inconcebible que se expulse de su partido a un senador, simplemente por señalar que otros senadores iban a votar una ley en la que tenían intereses directos, dado la propiedad de acciones. Ese mismo partido, en cambio, no expulsa al diputado y vicepresidente del partido cuyo desafuero está tramitándose para ser procesado por coimas y que al menos reconoció públicamente “que se le olvidó pagar los impuestos por dineros recibidos de un empresario de plantas revisoras”. Ese vicepresidente, es de la misma trenza que dirige al partido y logró el poder utilizando fondos de la Cámara de Diputados para despachar la publicidad que le dio el triunfo interno, porque habían olvidado que la ley de Probidad y Transparencia señala “Los diputados y senadores ejercerán sus funciones con pleno respeto a los principios de probidad y transparencia… (la) probidad consiste en observar una conducta parlamentaria intachable y un desempeño honesto y leal de la función, con preeminencia de interés general sobre el particular… (la) transparencia consiste en permitir y promover el conocimiento de los procedimientos, contenidos y fundamentos de las decisiones que se adopten”

La Concertación llegó para ser la continuidad del Chile democrático y republicano y no se sentía heredera de los vicios de la dictadura. Al contrario, se presentó como la superación de los vicios y perversiones de la dictadura. Pero ahora sigue el ejemplo del PSOE de España, que habiendo hechos cambios profundos en ese país se anuló en el lodazal de la corrupción.

20030105
Patricio Orellana Vargas

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