CIRES, Descentralización y regionalización.

CIRES, Descentralización y regionalización, Seminario Internacional, Experiencias de Descentral

 

Centro de Investigación de la Realidad Social, CIRES, Descentralización y regionalización, Seminario Internacional, Experiencias de Descentralización y de Regionalización, los casos de Chile, España, Italia, Suecia, Santiago, CIRES, 1993, 174 Págs.

Este Seminario Internacional se realizó en Santiago, en noviembre de 1992 y a él asistieron representantes de los cuatro países mencionados, expertos en la materia o destacados profesionales, dirigentes sociales y políticos interesados en el tema. En el libro se registran más de 40 exposiciones agrupadas en cuatro partes: Generalidades; Experiencias de descentralización y regionalización; los gobiernos regionales y su interrelación con la comuna y con el gobierno central; y, relación entre los problemas técnicos, los problemas políticos y la administración regional.

Todas las exposiciones son breves, excepto la Enrique Krauss, quien hace una exposición más extensa de la legislación sobre descentralización y especialmente de la nueva ley 10097 que modifica la Constitución y que establece nuevas formas de participación en los ámbitos territoriales. También presenta en su disertación la ley de Gobierno y Administración Regional, la que a la fecha se encontraba aprobada, pero se iniciaba un proceso de aprobación una ley interpretativa, dado los reparos del Tribunal Constitucional. Acertadamente, Krauss destaca que las descentralización y regionalización se hace “dentro del carácter unitario del Estado nacional que responde a una tradición histórica institucional jurídica del quehacer gubernativo”.

Los asistentes extranjeros aportaron, en sus intervenciones, valiosas experiencias de los esfuerzos profundos de regionalización realizados en España y de su continuo cambio, los nuevos problemas que se han generado en relación a la profundización de la regionalización en algunas regiones, especialmente en Cataluña, el país vasco y Galicia y la tendencia de las demás regiones a seguir esos modelos, a lo que se superpone la política de regionalización propiciada por Comunidad Económica Europea. Entre los problemas más difíciles de resolver está el de definir las competencia de los niveles estatales o nacional, de las regiones y de los municipios. Lo mismo se plantea al enfrentar el difícil problema del financiamiento y el de la potestad para imponer tributos en esos niveles. Los delegados de Suecia recalcaron la existencia de un desarrollado nivel local y nacional y los esfuerzos para desarrollar las organizaciones regionales y la tendencia a agrupar municipios para que tengan un tamaño viable. Por su parte los delegados de Italia expusieron los problemas de la unificación nacional versus la regionalización posterior a la Segunda Guerra Mundial y los nuevos vientos para profundizar una organización regional más fuerte, recuperando el pasado de autonomía que gozaron amplias zonas de Italia antes de su unificación. También se expusieron los problemas de la gran ciudad, centrada en el análisis del crecimiento de Milán.

Lo importante de todas las exposiciones de los delegados extranjeros fue la descripción de las experiencias de su países, como antecedentes valiosos para alumbrar los problemas que recién se empiezan a enfrentar en Chile con la nueva ley de regionalización. Estos esfuerzos son realmente notables pues representan soluciones a los problemas que está enfrentando Chile, y que en forma muy similar debieron enfrentar esos países, considerando las profundas diferencias de esas realidades con la nuestra.

Otro foco de luz para discutir el problema fue el aporte de dirigentes sindicales y de organizaciones populares que aportaron una visión directa de las bases sociales, la que fue refrendada por la presencia de alcaldes y concejales de comunas muy diversas que también llevaron el tema a sus realidades específicas, algunas veces recordando las características geográficas y sociales de sus lugares. El dirigente mapuche Emilio Cayuqueo destaca la lucha por lograr que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena se establezca en Temuco y no en Santiago. El concejal José Enrique Núñez relata la situación de pobreza de su comuna- Cerro Navia- que con 160.000 habitantes, sólo tiene una industria con más de 300 trabajadores. La representante del Centro de Promoción y Desarrollo de Aysén, termina su intervención exclamando: “…existe una Región, por allá, muy lejos, que se llama Aysén y donde nosotros existimos”.

Otro grupo de participantes lo constituyen los parlamentarios asistentes, quienes desde una perspectiva, por una parte, de la regiones a las que representan y, por otra, y simultáneamente del Estado unitario del cual son dirigentes, presentan interesantes antecedentes históricos y sociales muy bien fundados, especialmente en los casos de Ricardo Núñez y Eugenio Ortega. Por su parte, el senador Ignacio Pérez Walker, en una brillante improvisación analizó el tema de la regionalización como tendencia nacional. Para él la regionalización se enmarca en la tendencia a “achicar el poder del Estado, para abrir espacios a libertad a la creación e iniciativa de las personas”, en la megatendencia a la democracia participativa. considera que la participación aumentará si la comuna abre vías a la preocupación por los problemas domésticos locales. Considera que el mercado no resuelve los desequilibrios espaciales y que el centralismo se contrarresta con una gran diversidad de historia, clima y geografía.

El otro grupo de participantes que aportó decisivamente, desde una perspectiva latinoamericana fueron los representantes del ILPES-CEPAL y de FLACSO. Los estudios comparativos de la descentralización, que es un proceso que se manifiesta en toda la región, adquiere objetivos comunes, pero modalidades distintas. Dolores Rufián, en otra de las intervenciones principales del Seminario, se centra en establecer la relación entre democracia y regionalización en países federados como Argentina o Brasil, o en países unitarios como Perú, Bolivia o Chile y sostiene que ambos procesos corren paralelamente no por azar. Sostiene que el perfeccionamiento de la democracia exige una redistribución del poder del Estado que permita el control efectivo de la ciudadanía. Simultáneamente, la descentralización forma parte de otro proceso latinoamericano relevante: la modernización del aparato público.

Finalmente, el otro grupo de expositores, lo constituyen los funcionarios chilenos que en diversas instituciones públicas estaban implementando el proceso de regionalización, quienes evidencian un profundo conocimiento del tema y de las peculiaridades que reviste en Chile. Entre ellos destacan Gonzalo Martner, Sergio Galilea y José Antonio Abalos.

Abalos presenta una breve, pero interesante interpretación del desarrollo institucional de Chile destacando los hitos de que desembocan en la situación actual: un Estado centralizado, un sistema de partidos políticos altamente centralizados, lo que configura un sistema de poder controlado por un reducido grupo de unas 500 personas. La regionalización significa- entre otros efectos- incorporar a varios miles de ciudadanos a los niveles de las decisiones políticas en los Concejos Municipales, Consejos Sociales Municipales, Consejos Provinciales y Regionales. Esto constituye una diversificación política muy importante. Otro cambio es la posibilidad de enriquecer la articulación entre el Estado y la sociedad civil a nivel regional y comunal; y, el otro cambio es pasar de una gestión pública a un nivel central casi único, a una gestión pública a niveles múltiples.

Galilea toca uno de los aspectos más controvertidos en el debate nacional y ataca un principio casi sagrado que impuesto el pensamiento neo liberal: “La administración anterior sostuvo en forma burda la tesis implícita de que el sector público debería empequeñecerse, siendo esto expresión de una administración pública moderna”. Agrega: “Nosotros sostenemos que esta característica no garantiza ni da por resultado necesariamente una mejor gestión pública. Tenemos que entrar en el debate de qué es una mejor gestión pública. Ella implica al menos una profesionalización creciente, capacitación, informatización dentro de la gestión pública, pero, por sobre todo, enfrentar y resolver en el lugar los problemas que se presentan. Es decir, la descentralización es un aspecto muy fundamental de esta modernización de la gestión pública”.

Gonzalo Marter, en su intervención trae los aportes de las modernas teorías administrativas y económicas sobre la flexibilidad y la localización, destacando aquella tendencia que tiende a deslocalizar la producción hacia zonas periféricas de bajos salarios, recursos naturales baratos, trabajadores no sindicalizados, etc. destacando que incluso los sostenedores de la teoría JIT (Just in time) encuentran que la lejanía no es un inconveniente para producir oportunamente, dado el desarrollo de la informatización y de las comunicaciones..

Recordando a Levitt señala que “pensar globalmente y actuar localmente” tiene validez para fundamentar la necesidad de la regionalización y de que ella puede influir en la calidad de la gestión pública.

Uno de los participantes mencionó que Chile es el único país del mundo cuya regiones se identifican con un número romano: I, II, III, IV, etc. Quizás este detalle muestre que hasta la regionalización se ha concebido centralizadamente, dividiendo al país en trozos, desde una perspectiva unitaria, como las divisiones de un ejército.

Los diversos enfoques de los numerosos participantes, desde experiencias nacionales, profesionales y sociales distintas, contribuyen a hacer del objeto tratado -la regionalización- un diamante que tiene muchas caras, todas las que pueden brillar si se les alumbra con un foco de luz basado en la teoría, la experiencia y el interés del expositor. Esta diversidad es la que constituye el aporte totalizador de este seminario al problema de la descentralización y regionalización.

Patricio Orellana Vargas

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