Escobar, Miguel Poder y sociedad. Política y gobierno

Miguel R. A. Escobar Valenzuela, Poder y sociedad. Política y gobierno

 

Miguel R. A. Escobar Valenzuela, Poder y sociedad. Política y gobierno, México, Colegio de Ciencias Políticas y Administración Pública. A. C., CIDEPROF, ENEP-ACATLÁN, 2001, 487 Págs.

Introducción.
El empeño del autor es muy grande, pretende hacer contribuciones al tema del poder en la perspectiva del papel que juega la determinación del tejido social y en el de la cooperación y el conflicto. De esta forma entra en el campo de la política entendida como “lucha por la captura o control del poder público”. Para ello enfrenta en primer término la explicación de los conceptos implicados en el de “totalidad” (del todo) y de lo concreto, repasando los planteamientos de la filosofía clásica y sus intentos para pasar al empirismo, el conductivismo, el estructuralismo marxista y el funcionalismo, reconociendo la inexistencia de una “panciencia”, aunque el Estado sí es una totalidad y la probabilidad dentro de lo posible es la realidad social. En este marco busca las leyes del poder y de la política..

Poder y violencia.
“El primer capítulo pasa revista a los conceptos de influencia, poder y violencia”, considerando? el difuso y ambiguo contendido y significación que se le ha atribuido a la influencia, y a partir de ahí los problemas cuando se le confunde con el poder?”Se han privilegiado los autores que han producido un mayor impacto en los círculos especializados y en los medios académicos”. El concepto de poder se desarrolla a partir de los estudios de Clodomiro Almeyda Medina que lo presenta como relación social. Se estudia el acto de poder, cuando se logra la obediencia en relación a la amenaza.

El autor destaca la ambigüedad que existe entre estos conceptos. Influencia se confunde con poder. Pero el poder objetivo y concreto es un hecho. Es “la instrumentación de la voluntad de un sujeto por parte de otro”. La importancia de Maquiavelo no está en su concepto del poder sino en su actitud laica que enfrentó las hipocresías de su época destacando la violencia y la fuerza como su base y no la moral. Prosigue criticando a los elitistas como Wright Mills, Gaetano Mosca y Wilfredo Pareto porque “la elites están formadas tautológicamente por los que mandan y las no elites por los que obedecen” reduciendo el problema a gobernados y gobernantes y las elites están conformadas por una diferencial de astucia y fuerza, lo que es una postura irracionalista y animalista. Weber en cambio plantea que el poder es una probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social aun contra toda resistencia, conservando su contenido en la humanidad. Otras posiciones como la de David Easton y muchos anglosajones la presentan en términos de fuerzas newtonianas que se oponen. Otros autores como Crozier centran su atención en la diferencia entre poder y autoridad.

De esta manera, va presentando un inventario del pensamiento analítico del poder, pero a través de una permanente actitud crítica, centrando su énfasis en la ambigüedad de los conceptos o su énfasis unilateral en algún aspecto no sustancial. Rechaza la identidad del poder en las sociedades animales y humanas, sostenidas por Duverger y Deutsch, ya que en el caso de las abejas, es una relación instintiva y hormonal y en otras es expresión de la violencia.

Poulantzas, siguiendo a Marx concibe el poder “como la capacidad de una clase social para realizar los intereses objetivos específicos”. Esta definición sólo puede ser válida con la existencia de clases y Estado, por lo cual no es general y se refiere “sólo al poder político de clase”.

Los enfoques de Sartori, Bobbio, Stoppino son criticados porque se refieren a poder político o al poder actual o a situaciones de poder. La clasificación de Galbraith sobre poder también es criticada porque confunde varios factores. Foucault es una autor que se centra en la represión, aunque a veces se desprende de ella, pero lo que no es lo mismo que poder, que no define. Luhmann, por su parte se preocupa especialmente del poder “como un medio de comunicación simbólicamente generalizado” , distinguiendo al ego y al alter ego (el que domina). El autor termina su inventario crítico detallando los conceptos semejantes al poder: influencia, manipulación, estratagema, y violencia.

Todo este análisis está ilustrado con casos de políticas y de hechos que corroboran la posición del autor.

La construcción del concepto del poder del autor prosigue sosteniendo:” ?el poder es un elemento que se encuentra presente en la amplia red de relaciones sociales moldeada por la cultura como producto histórico social humano, cualesquiera éstas sean, siempre que en ellas se verifique la presencia de un sujeto activo que instrumenta la voluntad de otro pasivo, en virtud del cual el primero emite un mandato que el segundo obedece”, siendo ambos sujetos racionales. Este concepto es presentado a continuación a través del análisis de sus elementos constitutivos: sujeto, sujeto activo, sujeto pasivo, mandato, amenaza, contraamenaza, recurso de poder, situación de poder, costo de poder y carácter de relación par asimétrica.. La argumentación prosigue estableciendo los cálculos posibles sobre uso de los recursos de poder y los efectos que provocan.

El poder y la influencia son susceptibles de ser medidos por su peso o intensidad, extensión en el número, ámbito y gama del poder. Los costos del poder pueden ser objetivos y subjetivos; en la negociación van a ser exagerados por las posiciones en pugna. Los recursos del poder están distribuidos en forma distinta en la sociedad, si fueran iguales, se lograría un equilibrio automático. La amenaza provoca un poder forzado o consentido, en el primer caso es contrario a la voluntad del sujeto pasivo, en el segundo es compartida, por lo menos parcialmente, por este sujeto. La legitimidad se fundamenta en un sistema de valores sociales que regula la convivencia social, esta legitimidad puede ser objetiva o subjetiva y se relaciona con los conceptos de dominación y hegemonía

A continuación, el autor estudia el concepto de violencia, destacándola como un recurso del poder y como el último ratio. Menciona la violencia estructural derivada de la organización social vigente que se expresa en las diferencias marcadas entre los grupos de la población que se ilustra en los deciles de la distribución del ingreso.

La conclusión del capítulo es que la Ciencia Política no es un objeto distinto de la política. Para lograr que la política sea ciencia hay que depurarla y eliminar sus ambigüedades. La realidad política y social es una unidad compleja y la hipotética pureza que se le atribuye a la política es meramente analítica.

El poder.
En este capítulo hay un cambio en la metodología de la exposición pasada del inventario crítico de las teorías para construir sus propios conceptos a un análisis detallado de fenómenos que permiten ir construyendo los nuevos conceptos. Aquí se desarrolla el tema del poder como dimensión humana y su rol en la sociedad. Analiza la conciencia humana en comparación con la animal y el poder se presenta como una relación social que se manifiesta en la esfera política y ” en la configuración de tejido social” y “se reflexiona sobre el objeto de la ciencia política”.

El hombre tiene una conciencia especial, en comparación a los animales: la “de pensar su propio pensamiento y trascenderlo más allá de la inmediatez de las circunstancias”.
En el proceso de pensar se distingue la mediación primaria que es la utilización de la naturaleza rutinaria e inmediatamente, la genera socialmente la mediación secundaria al hacerse posible la instrumentación entre los seres humanos creándose una red de relaciones de poder que los vincula entre sí.

El poder es una dimensión social porque se presenta en diversos ámbitos (sociales, familiares, económicos, culturales ) y no sólo en el político. Cuando entra en el campo de lo político es en lo público, aunque lo político es parte de lo social. El poder interviene en los conflictos y problemas, si hubiera unanimidad no habría conflictos, pero no todo conflicto es político (como una relación entre padre e hijo que se hace conflictiva). El sistema político se relaciona con el escenario público en función de poder público. Desde su origen, la política se refiere a los problemas y conflictos de la polis. Es por eso que autores como Easton distinguen sistemas políticos y para políticos.. Un conflicto social puede transformarse en un conflicto político. Así una negociación laboral o conflicto económico puede desencadenar conflictos políticos en las manifestaciones populares o en la acción represiva exigida por los empresarios. Aunque la participación social ha sido más o menos restringida a través de la historia, lo político está en el ámbito de lo público y se refieren al conjunto de instituciones que regulan y permiten el procesamiento de los conflictos, sea una instancia, nivel o escenario de la política, conforme a la definición de Poulantzas. El poder público es público porque su acción se extiende al conjunto de la sociedad. Aunque los sectores privados son expresión del poder social. Por eso se puede dividir el poder social en poder público y poderes privados .

La creencia de que el Estado puede desaparecer junto con el gobierno y la administración no es sostenible. El Estado puede desaparecer, pero la sociedad seguirá requiriendo de un gobierno y de su gestión que es la Administración Pública. La anarquía es impensable porque hay problemas sociales globales como los de salud. Pero la dominación que hace posible la explotación de clases sí puede desaparecer. De manera que hay que rechazar el concepto de extinción del Estado, del marxismo más simplista. Tampoco es posible pensar en la supresión de la división del trabajo, especialmente la orgánica y la técnica.

Hay que considerar el poder como dimensión política que expresa históricamente poder social como poder público, agregando la pugna por el control del poder público, lo que es la política.

Según diversos autores hay cuatro objetos que se han considerados propios de la ciencia política: el Estado, la política (como lucha por el poder público), los sistemas políticos y las instituciones políticas. La posición del autor es que el objeto de la ciencia política es “la política propiamente tal”, que parta del poder como concepto general para llegar a sus expresiones puramente políticas.

El poder forzado.
Presenta una reflexión sobre la legitimidad de la distinción entre poder consentido y poder forzado centrándose en la violencia cuyo recurso es la fuerza, pasando al poder económico, cuyo recurso es la riqueza, presentando las diversas teorías modernas sobre el tema: las de centro-periferia y dependencia, las cepalianas, y las de la interdependencia e interconexión simétrica y asimétrica: menciona las relaciones entre lo militar, lo económico y lo tecnológico.

El poder forzado surge en una relación de poder basada en la amenaza de causar daño a la persona o en sus bienes. Pero el poder difiere de la violencia y el sujeto pasivo acepta la obediencia. Pero es una aceptación que mantiene la voluntariedad porque hay un cálculo consciente de las ventajas de obedecer. Cuando se aplica directamente la fuerza es violencia, cuando se amenaza con aplicarla pero no se ejecuta, aunque se haya aplicado antes, no hay violencia pero sí poder forzado. En este sentido, el miedo juega el mismo rol que en los animales. El estado tiene el uso legal y legítima de la fuerza, para otros es sólo el poder de una clase determinada. La gran mayoría obedece y otros lo hacen por el temor al castigo legal, los primeros no constituyen un caso de poder forzado sino una figura de autoridad. Pero la fuerza es la última razón del poder que ejerce el Estado. La real politik desarrollada por Morgenthau considera la separación nítida de la política y la moral. La única base real del poder es la capacidad efectiva de la violencia y se basa en los elementos del poder nacional: la geografía, los recursos naturales (materias primas, petróleo), la capacidad industrial, los aprestos militares (liderazgo, cantidad con relación a la calidad de las fuerzas armadas, carácter nacional y poder nacional, moral nacional, calidad de la sociedad y el gobierno, calidad de la diplomacia y apoyo de la opinión pública de otros países).

A continuación el autor analiza el poder económico y las relaciones de dependencia e interdependencia siguiendo con el poder tecnológico para terminar con el poder mismo que “es un tipo de poder en que el recurso que respalda la amenaza deriva de otras figuras de poder” pertenecientes al poder consentido y a la autoridad.

El poder consentido.
Aquí se desarrolla el poder consentido, caracterizado porque la amenaza se orienta a causar un daño en la estructura psíquica del afectado, describiendo las nociones de legitimidad en el estudio de la dominación de Weber, especialmente la carismática. También se presentan los otros conceptos de liderazgo tanto en sociedades primitivas como avanzadas y la relación de los líderes con las masas.

En el estudio se apoya en conceptos y teorías psicológicas como el super yo, el complejo de culpa y castigo y el síndrome de la vergüenza y especialmente la teoría psicoanalítica de la personalidad con sus elementos del yo, el super yó y el ello, que permiten ayudar a explicar el comportamiento bajo el poder consentido. Los valores aceptados y cambiantes son otro factor del poder consentido cuando hay alguna coincidencia.

Weber con sus conceptos de legitimidad y dominación es uno de los autores que se aproxima al tema, en especial por su distinción de los tres tipos de legitimidad de la dominación: la tradicional, la carismática y la legal o racional-legal. Sin embargo, el enfoque de Weber no calza exactamente con las tesis del autor y los somete a una crítica. Este enfoque es relacionado con los conceptos de tabú, tótem, ideología y valores expresados no sólo en Freud sino en el estudio de las religiones y la antropología siguiendo críticamente a Frazer, Engels y Lévi-Strauss.

El liderazgo como figura del poder consentido es uno de los aspectos más desarrollados en el texto, partiendo de los estudios de Weber sobre líder, dominación, jefe, autoridad, etc. para proseguir con la exposición crítica de otros autores que han contribuido a la teoría del liderazgo, desarrollando los conceptos de liderazgo simple, vitalicio, hereditario, superimpuesto, complejo y falso.

Al estudiar los liderazgos sociales y los políticos, llega a la siguiente definición de sociedad civil: “Es el conjunto de relaciones sociales que los hombres traban entre sí con la finalidad de realizar intereses y valores a título privado” concepto basado en lo sostenido por Hegel y Marx y distinto al carácter superestructural que le da Gramsci. El concepto de sociedad política sugerido por Escobar es: “conjunto de relaciones sociales que los hombres traban entre sí con la finalidad de realizar intereses y valores por medio del poder público”

El último tema analizado en este capítulo es el de caudillos y masas. Muchos caudillos se diferencian del líder porque son armados. Franco es un caudillo armado, Churchill un líder. Pero puede ocurrir que un caudillo sea un líder. La contradicción barbarie y civilización en América Latina tiene como uno de sus personajes permanentes al caudillo, como Rosas o Porfirio Díaz, así como otros populares como Zapata o Villa.
El caudillismo populista es otro tema tratado en el texto.

Las masas como contraparte de los caudillos merecen una mención importante a través del estudio de los aportes de Freud y Le Bon sobre las masa y el pánico y el rol de la libido en las masas .

La autoridad.
El tema desarrollado en este capítulo es la figura del poder de la autoridad en el derecho y pretende explicar el poder consentido y la forma como se logra obediencia. También trata el la división del trabajo en relación con el poder.

La autoridad es estudiada en la sociedad, como organización de organizaciones y en las organizaciones mismas expresadas en el derecho a nivel social y en los reglamentos a nivel organizacional. Para Max Weber, la autoridad se relaciona con dominación legítima. Talcott Parsons la vincula al concepto de esfera de responsabilidad y Deutsch con la cultura de un país. El autor crítica estos conceptos porque no distinguen entre tener y ser autoridad. Califica al análisis administrativo como débil teóricamente, por lo que no aporta al tema, así como tampoco lo hace la filosofía analítica con la “lógica de la autoridad” fundada en M. Bochenski.

Después de analizar críticamente a los autores y disciplinas mencionadas, Escobar construye un nuevo concepto de autoridad que se caracteriza por “su necesidad y fundamento racional” y sus mandatos “distinguibles por formales e impersonales son legítimos por emanar facultativamente del área de competencia de un status definido al interior de un orden social u orgánico mediante normas generalmente validadas por su funcionalidad” que son necesaria para las formas de producción y reproducción de la existencia social fundada en la división del trabajo. La autoridad genera relaciones de subordinación.

La relación entre Estado y autoridad ha sido tratada por Weber y otros autores lo que lleva a temas como soberanía, independencia, dependencia, autodeterminación e interdependencia llegando a Estados que sólo semánticamente pueden ser considerados tales, como lo sostiene Morgenthau

La autoridad en las organizaciones es enfrentada a través del siguiente planteamiento:
“En las organizaciones singulares se producen múltiples manifestaciones de poder” . La autoridad se da dentro de ordenamientos orgánicos pero puede coexistir con relaciones informales. A continuación hace un estudio del poder en la organización y va presentando preguntas y problemas que son resueltos a la luz de la Ciencia Política en profunda vinculación con la Administración, enfocando los conceptos básicos de la organización: los bienes y las necesidades, los tipos de cooperación, la división del trabajo, los tipos de racionalidad, el cargo, la área de competencia, temas en los que se apoya en el pensamiento de Marx y en la historicidad de lo posible hasta tratar la eterna discusión de la división-separación del trabajo entre propiedad y administración.

La relación entre autoridad y organización son tratados en función de la plusvalía. La organización ordena su actividad a través de reglas que se basan en valores. Estos son los valores en estructura, (intrínsecos y derivados), lo que permite entrar en el tema siguiente.

La ideología.
En esta parte se presenta un recuento de los análisis sobre el concepto de ideología y el de utopía en autores como Manhein, Lukacs, Korsch y Althusser y otros clásicos como Marx, Engels y De Tracy y se presentan los conceptos modernos de socialización e internalización desarrollados por la sociología anglosajona.

El poder ideológico opera sobre los recursos de poder para obtener obediencia. Sin embargo, es previo discutir el concepto de ideología y sus reflejos de utopías, ya que ha sido remecido por los cambios actuales y ha afectado especialmente el concepto marxista, que ahora sólo guarda silencio. El fin de las ideologías sustentado por Daniel Bell, no impide reconocer que los partidos políticos, las iglesias y otras organizaciones logran la obediencia de sus miembros y son importantes en la formación de la conciencia social. En este sentido la ideología “es una interpretación teórica y doctrinaria del mundo en términos totalizantes” y proponen un deber ser.

El marxismo trató el tema, pero un libro fundamental de Marx y Engels en la materia sólo fue publicado más de un siglo después de haberse escrito. La idea central es que la ideología depende de la contradicción entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Las ideologías están vinculadas a la clase social y puede existir una falsa conciencia, conforme a Lukacs. En el caso del proletariado la ideología es la finalidad y el arma misma. Para la corriente oficial soviética la ideología era la ciencia ya acabada. Gramsci por su parte valoró elementos tales como la hegemonía que no puede producirse al margen del dominio ideológico. Althusser, por su parte señala que el marxismo se preocupa de la producción de la ideología y no de las garantía de conocimiento, pero el nivel ideológico representa una realidad objetiva indispensable que Marx llama “formas de conciencia social”, aunque dependa del nivel económico es relativamente autónoma y conforma junto con el Estado y lo jurídico la superestructura, y tiene como función asegurar el dominio de una clase sobre otra. El Estado no es sólo un aparato represivo, también es un aparato ideológico. La idea de que el marxismo es ciencia ha sido combatida también por Clodomiro Almeyda que considera al marxismo como conciencia y como praxis transformadora

En el mundo actual la corriente marxista revolucionaria ha sido casi totalmente barrida y sólo quedan grupos insignificantes predominando los grupos y organizaciones socialdemócratas partidarias de la evolución y la aceptación del mercado como mecanismo central del sistema. Ha habido un desplazamiento y ya no existe una izquierda sino una centro izquierda evolucionista.

La lucha ideológica a través de la historia se ha dado en diversos contextos: idealistas versus materialistas; recionalistas e irracionalista; poder religioso y civil en la Edad Media; güelfos y gibelinos; protestantes y católicos; monarquistas y republicanos; liberales y conservadores, integrismo islámico y judío, etc. En toda la historia la ideología se encuentra presente en estas pugnas.

Los valores y sus sistemas “son preferencias socialmente reiteradas que gozan de legitimidad objetiva y subjetiva”. Los disvalores son las oposiciones que atentan en contra de los valores del orden social. Por ejemplo la honradez y el robo.

La diferencia entre valores e interés es que los primeros son entidades espirituales objetivas mientras que el interés es la preferencia por cosas materiales. Las ideologías dominantes y dominadas tienen distintos valores pero pueden coincidir parcialmente.

Todo grupo humano requiere de un cierto orden y éste se basa en los valores vigentes. La sociología ve los conocimientos no como verdaderos o falsos sino como explicaciones y orientaciones que orientan la conducta individual y grupal y que son expresión desagregada de la cultura universal. Los conocimientos pueden ser, entonces ideofacturas o manufacturas (como aplicaciones).

Los conocimientos científicos, pueden cambiar y siempre subsisten elementos mágicos en la cultura difusa y en la infusa. La cultura difusa es aquella “que se encuentra disponible para la asimilación por los sujetos de cada generación” y en ella ocurren cambios permanentemente. La cultura infusa es la que “está asimilada al saber de las personas y grupos” y generan las diferencias ideológicas entre las personas y los intereses que encubre o descubre..

Continúa el análisis de la ideología con las leyes del conocimiento en la cultura describiendo la ley acumulativa y la asociativa. El proceso de socialización es clasificado cronológicamente en socialización temprana y tardía, distinguiendo el fenómeno de “la internalización como efecto de la socialización en el socializado”.

El autor concluye este tema con el estudio de la ideología como base del poder. Para obtener obediencia es necesario que un conjunto de valores estén en la conciencia de la persona que es objeto. Así es difícil obtener obediencia de un cristiano hacia un musulmán y las razones impuestas tendrán distinto sentido en cada uno de los polos de esta relación. La ideología no puede ser utilizada si el que debe obedecer no la comparte porque los valores son ideológicos y en algunos casos pueden ser puentes para resolver conflictos, especialmente en lo que podría llamarse estrategia económica del conflicto que considera tiempo y recursos en oposición a la discordancia y el radicalismo ciego del todo o nada.

Las leyes del poder.
Aquí se exponen y discuten las cinco leyes del poder y las leyes dinámicas y estáticas del poder.Finalmente describe la ley de la acumulación del poder y la formación de contra poderes.

La economía reiteradamente ha tratado de establecer leyes, como las de la utilidad marginal o las de la teoría objetiva del valor. En el caso del poder, la relación es par y asimétrica. Siempre se encontrará un momento objetivo y otro subjetivo.

Adolfo Bearle formulo en los años sesenta las cinco leyes básicas del poder: El poder llena cualquier vacío en la organización humana.
El poder es personal (no es de clase o de grupo).
El poder se basa en un sistema de ideas.
El poder se ejerce a través de instituciones y va a depender de ellas.
El poder se ve invariablemente confrontado con un campo de responsabilidad y actúa en presencia de éste.
Estas cinco leyes son explicadas en detalle a través de un análisis crítico

Las leyes de la estática (universalidad, pluralidad, integralidad, neutralidad e interdependencia) y la dinámica del poder (conservación, expansión, relatividad, eficiencia, enfrentamiento) formuladas por Diego de Figuereido Moreira Neto son expuestas sintéticamente y también son sometidas a una rigurosa crítica

Basándose en las enseñanzas de Clodomiro Almeyda y del pensamiento de algunos autores utilizados por este maestro, el autor analiza detalladamente la ley acumulativa del poder y la tendencia a la formación de contrapoderes.

Hay tres tendencias del hombre hacia el poder que lógicamente se desarrollan por los esfuerzos que ahorran y las gratificaciones que se logran. Ellas son la prolongación en el tiempo, extensión en el número de personas afectadas y ampliación en el ámbito conductual.

Si la ley acumulativa del poder actuara sin límites se concentraría el poder mundial en un solo centro, pero la dominación resultante genera intereses y valores contrapuestos que se expresan en un contrapoder. Surge la tendencia opuesta a la prolongación del poder. Sus expresiones son las dificultades técnicas del control del poder, la necesaria delegación del poder, la división del poder, y la distribución del poder, “las que favorecen el desarrollo de estas contratendencias como contrapoderes.”

Comentarios.
Esta obra parece ser el resultado de décadas de estudio, lecturas y meditaciones sobre la Ciencia Política, las que se van formalizando seguramente como exigencia del ejercicio de la docencia.

El trabajo del autor es evidentemente ciclópeo, debió estudiar y entender numerosas escuelas y tendencias que relacionó críticamente desde su formación individual, influida espacialmente por pensadores de las corrientes marxistas, pero lejos de quedarse en esa posiciones hace un fructífero avance del pensamiento en esta materia a través de su enfoque analítico y crítico de esas posiciones contrastadas con el desarrollo del último medio siglo que el autor vivió personalmente en Chile, posteriormente como exiliado y finalmente integrado plenamente a la sociedad mexicana y a su vida académica.

La exposición exhaustiva de los temas con gran acopio de información bibliográfica, no se limita a resumir los planteamientos de los autores clásicos y modernos sobre los temas. No es en consecuencia, un simple manual que recopila el pensamiento de los autores destacados, va mucho más allá, porque el método es la exposición crítica de cada uno de sus planteamientos, de manera que la exposición, el análisis y la crítica permite construir la propia posición del autor sobre el tema, haciendo grandes aportes al mostrar las limitaciones de grandes teoría y proponer enfoques alternativos que superen esas limitaciones, lo que se expresa en las discrepancias marcadas con autores como Weber, Althusser y Lhuman. Sin embargo, la obra no se queda en un enfoque exclusivamente teórico, tiene una conexión permanente con la realidad pues cada teoría e idea se ilustra o se apoya en hechos históricos, lo que refuerza su concepción enciclopédica y cumple con la declaración de llegar a lo concreto.

El trabajo realizado, es sin duda, un esfuerzo de gran significación en el desarrollo de la Ciencia Política en Latinoamérica, donde muchas veces esta ciencia se ha limitado a ser una caja de resonancia del pensamiento anglosajón. Aquí se va mucho más allá porque parte de un esfuerzo mucho más totalizante, lo que es un empeño intelectual muy difícil, superando el objetivismo empírico norteamericano, sin caer en los enfoques ceñidos a un esquema marxista obsoleto y debilitado frente a los acontecimientos sociales. El autor trata de establecer la identidad entre política y ciencia política, lo que normalmente es rechazado por las visiones ortodoxas que separan claramente las aguas entre la realidad social y las categorías analíticas abstractas.

El autor no utiliza el método manido de dedicar algún capítulo a las relaciones de la Ciencia Política con la Economía, el Derecho, la Administración, la Filosofía, la Sociología y la Psicología. Uno de los méritos más relevantes de la obra es que a través de todo el desarrollo emplea los aportes de todas estas ciencias en la exposición de las materias, con lo que cumple su afán de tener un enfoque totalizante tan difícil de lograr. Es claro este enfoque al tratar el poder como una dimensión simultáneamente humana, social y política.

Uno de los temas que adquiere especial relevancia en relación al derrumbe del socialismo y la corrupción característica de nuestra región es el de la burocracia, el que, lamentablemente no es tratado por el autor, aunque la burocracia al administrar el poder ha jugado un rol esencial en la legitimidad y eficiencia del aparato estatal y hasta partidario.

Las únicas limitaciones técnicas de este trabajo es la reducida presentación de la bibliografía utilizada y más aún el débil sistema de citas y referencias que el autor emplea. Este detalle no desvaloriza la obra, pero es una limitante que pasa a ser fundamental en aquellos críticos que exigen una gran rigurosidad formal en la técnica de investigación y exposición..

Sin duda, la obra es exhaustiva, pero es muy clara y ordenada. Carece de la pesantez del pensamiento alemán o de la formalidad de los textos anglosajones, aquí hay una corriente de pensamiento fresco que oxigena las teorías y los pensamientos que se han desarrollado sobre el tema de la política y la ciencia política.

Patricio Orellana Vargas

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