Wheatley, Margaret J., El liderazgo y la nueva ciencia.

Margaret J. Wheatley, El liderazgo y la nueva ciencia. La organización vista desde las fronter

 

Margaret J. Wheatley, El liderazgo y la nueva ciencia. La organización vista desde las fronteras del siglo XXI, Buenos Aires, Ediciones Granica S. A., 1994. 222 Págs.

La autora presenta su libro señalando que es como un mapa, de aquellos que hacían los navegantes descubridores, mostrando los puntos conocidos, imaginando otros y adornándolo con referencias a tierras desconocidas. No se trata de un mapa moderno, con claras longitudes y latitudes, pero sirve para navegar por los nuevos mares y tierras de la ciencia que incluyen los descubrimientos en Física, Química y Biología. Este navegante no es un científico, sino que se trata de una experta en teoría y prácticas administrativas. El objetivo de la autora es iluminar con estos nuevos conocimientos los campos de la Administración, poniendo énfasis especialmente en la física cuántica, los sistemas autorganizativos y la teoría del caos.

Los problemas que la autora enfrenta en su trabajo en las organizaciones empresarias la obligan a hacerse preguntas que finalmente empieza a intentar contestar con lo que ha aprendido en su viaje por la nueva ciencia, a partir del libro de Fritjof Capra, El punto crucial, que le abrió un campo del conocimiento totalmente nuevo, al cual se aficionó y profundizó en otros muchos autores. Estas lecturas trataban del caos que contiene el orden, sobre la información como fuerza creativa y de los sistemas que se renovaban y sobre campos que relacionaban cosas complejas. Allí debe existir una guía para conducir organizaciones de manera más simple. Esta búsqueda recién empieza a cristalizarse y todo lo que sostiene tiene el carácter de provisorio y se ha realizado angustiosamente en otras ciencias y se han enfrentado y resuelto paradojas que parecían sin solución. En Física significó cambiar los conceptos de tiempo, espacio, materia, objeto, causa y efecto. Significó enfrentar el método cartesiano y newtoniano que eran sagrados, era como quitar el piso en el cual se está.

El cambio de paradigmas.
La ciencia ha cambiado y la necesitamos como fundamento en nuestro trabajo en el campo organizativo, la visión mecanicista de la organización como una máquina ya no sirve, hay que buscar nueva inspiración en el conjunto, el caos, el orden, los sistemas autorganizados, las relaciones, los campos de fuerza y otros conceptos nuevos. Citando a Donella Meadows señala “Tú piensas que por entender uno debes entender dos porque uno y uno hacen dos. Pero también debes entender y”. Estamos empezando a hablar de organizaciones sin fronteras, organizaciones de aprendizaje, estructuras orgánicas, sistemas próximos a los que tienen vida.

En la organización establecemos reglas, rígidas cadenas de comando, definiciones de “delitos,” prohibición de que la gente converse con los de otros departamentos. Tenemos miedo de que estos elementos hablen francamente y se combinen de otra manera. Seguramente se provocaría un desastre.

Pero el mundo es ordenado, aunque el cambio es parte de él. Los organismos se renuevan. Hay autopoiesis o renovación de las estructuras, procesos y mantención de la integridad que es la esencia de la vida, la que no es independiente, sino que es el cambio del medio mismo. Esto ha sido estudiado y demostrado por el premio Nobel de Química Prigogine, quien demostró que la energía que se disipa no conduce a la destrucción del sistema sino que juega un rol en la creación de nuevas estructuras. El sistema abandona su forma actual y asume formas más aptas para el medio actual. Estas son las “estructuras disipativas”. El desorden crea un nuevo orden.

La autora sostiene que si las organizaciones fueran máquinas, el control es necesario, pero si son estructuras de procesos, eso es suicida porque lo que se requiere es la conectividad dinámica. De ser el dios que crea y cambia estructuras paso a ser un miembro partícipe de la organización que se mueve en su espacio.

El universo, que también fue considerado una gran máquina, conforme a la mecánica de Newton, ahora es visto más como gran pensamiento.

En este universo las cosas han desaparecidos, lo que existe son las relaciones. En el mundo del “management”, estamos entrando en el mundo de las relaciones. El universo es participativo, no lo creamos pero participamos en él.

En el universo existe la certidumbre. No hay verdad objetiva ni sujeto separado de la realidad. Lo que existe entre el orden y el desorden es la probabilidad. Todos estos conceptos están inmersos en la organización empresarial y provienen de la física cuántica. .

El espacio y los campos.
Casi todo es espacio. Las partículas subatómicas están tan separadas que el átomo, finalmente es 99,999 por ciento de espacio. Y los hombres estamos hechos de átomos.

Pero al mismo tiempo el espacio está repleto de campos, que son estructuras invisibles, inmateriales pero que pueden ser observadas por sus efectos. El espacio gravitacional para Newton eran líneas de fuerza, para Einstein los campos estructuran el espacio. Los campos cuánticos pueden ser diferentes para cada partícula y la partícula a su vez es onda y es el resultado de la intersección de dos campos. Estos campos están en todas partes

En el espacio organizacional, podemos imaginar a los empleados como ondas de energía, que crecen y se transforman y son las interacciones entre las personas.

Las cualidades de la vida organizacional son : cultura, visión, ética. No son fácilmente definibles, aunque observables y son la calidad de la organización. Son los campos de la organización, que se sienten, por ejemplo cuando un cliente llega a un departamento de ventas y todo el ambiente es acogedor, incluyendo las personas. Este campo no entró por la ventana, es la creación de las personas, del gerente, los empleados, los productos, el edificio. Eran interacciones existentes que afectarían a todas las personas que se toparan con este campo. Todo esto no es una fantasía, es la obligación de que los campos pueden servirnos en los aspectos más amorfos de las organizaciones y ser utilizados para formación del personal.

Las organizaciones de campo tienen valores o visiones, pero los campos no sólo son ellos, son su difusión por todos los rincones y conectan todo y todos.

El espacio es casi vacío, pero nunca está vacío, la tarea de los organizadores de campos es llenar el espacio mismo de la organización con mensajes coherentes. Aquí surge el temor de abandonar la autoridad tradicional por valores y visión ética que para muchos son demasiado blandos. Las organizaciones actuales son newtonianas, mientras que estamos en la era cuántica, de allí el atraso en Administración que exalta el individualismo en un mundo físico donde lo fundamental son las interacciones que generan un mundo de posibilidades.

El poder es energía y debe fluir por toda la organización, cuando se confina en determinados niveles se genera energía negativa. La participación y los equipos autónomos generan energía que depende de la calidad de las relaciones establecidas. Los que se inclinan por la coerción o el desprecio crean energía negativa. El estar abierto a todos los demás genera la otra energía positiva. Pensar globalmente y actuar localmente, lema de los ecologistas, es una percepción de la realidad de la física cuántica. La energía invisible cambia nuestros comportamientos, pero falta mucho por aplicar para responder cuáles son los campos en el management. Podemos pensar en el cyberespacio como el espacio lleno de información, ahora debemos pensar en el espacio organizacional.

Siempre hemos creído que el todo contiene las partes, pero jamás a la inversa, sin embrago, la Física y la Biología lo fundamentan. Una célula contiene la información del organismo del que forma parte, de otra manera no podría cumplir su función autónomamente. La célula contiene el ADN que es la información del individuo, de la especie y hasta del futuro. Nuestra visión era pensar que la célula era materia viva que incorporó memoria, pero se puede pensar al revés, como lo sugiere la Física, la memoria creo materia y constituyó la célula. ¿Lo inmaterial creo lo material?. Pero lo material no se diferencia mucho con lo inmaterial, porque finalmente lo material son interacciones.

La visión de la empresa es considerada como el destino deseado, pero si consideramos la visión como un campo que necesita atravesar el espacio organizacional, nuestra percepción pasa de mecanicismo newtoniano a un enfoque acorde con la física cuántica.

Desde esta perspectiva el campo debe llegar a todos y a todas partes. La empresa no está en quienes la dirigen. Debe estar como visión en todos y ser percibida así por cualquiera que se acerque. Un cliente que va al 4º piso, la encuentra en el ambiente y en el empleado que lo atiende. Peter Senge se ha aproximado a estas percepciones en su tesis de la organización de aprendizaje.

El universo participativo.
¿Existe la realidad independiente de nosotros? ¿La realidad existe al tomar conciencia de ella? Los físicos se inclinan cada vez más que el acto no existe sin observador y el observador está en el acto observado. Hay experimentos como el gato de Schroedinger o de la doble ranura que confirman esta percepción. En la administración si miramos un organigrama sabemos que en ellos hay personas que están en una pasividad mortal, pero si les entregamos apoyo, confianza, seguridad, pasarán a ser activas y vivas. El observar fue la acción.

Si la información, como onda, choca con unas pocas interpretaciones se empobrece, en cambio si llega a todos, las intersecciones serán múltiples y el proceso será mucho más rico. La organización que nada entre muchas interpretaciones, puede elegir, combinar y construir con el compromiso de todos. Sabemos que la pertenencia compromete, si la intersección es una forma de participación, el compromiso de todos aumentará. La gente apoya aquello que cree.

Según la autora “mientras luchamos con los diseños que reemplazarán a la burocracia, debemos inventar organizaciones donde el proceso pueda permitirse su danza de tiempos variables, donde las estructuras vayan y vengan mientras soportan los procesos que es necesario que ocurran y la forma llegue para asegurar las relaciones necesarias”.

Cambio y estabilidad en los sistemas organizativos.
El equilibrio en termodinámica es el estado final de los sistemas aislados y cerrados que han agotado sus posibilidades de cambio y deviene la entropía negativa. Pero las organizaciones son sistemas abiertos que pueden obtener energía gratuita del medio y seguir desarrollándose. Los desequilibrios son condición para el desarrollo en física y no llevan al fin o extinción sino a la superación. Esto se llama dinámica autorganizativa y se presenta hasta en el nivel químico. En las organizaciones existe la autorganización y auto renovación de los sistemas. Existen las organizaciones adaptativas, que se organizan en torno a la tarea o en torno a las competencias críticas de las corporaciones, ello es una forma de responder a los cambios tanto internos como externos porque cambia permanentemente, cambiando los mercados o los patrones de los clientes.

El caos, tan temido en la organización, es normal en física y siempre se da dentro de ciertos límites, de manera que el caos lleva un orden.. Una organización jerárquica rígida no puede responder a los pequeños cambios: los prohibe, hasta que devienen en perturbaciones amplificadas que no pueden ser ignoradas ni rechazadas. Sin embargo es posible que “mayor libertad en la autorganización conlleva a mayor orden” según Jantsh.

La información no es sólo humana, es también biológica y es física. Hay comunicaciones entre las partes, es decir hay transmisión de información. Experimentos demuestran que si un uso atómico se hace girar en un sentido, su par gira en el otro. Esto ocurre aunque estén separados a distancias espaciales. Además la información, que es inmaterial tiene una vida más prolongada que la materia en que se alberga. La materia cambia y la información permanece, como ocurre con las células de los distintos órganos de una persona, incluyendo el ADN.

La información es comunicada y esto genera la interacción. Para la Física esta interacción puede ser la materia, que resulta ser inmaterial. En una partícula sub atómica hay un holismo relacional. Este concepto puede aplicarse al ámbito organizacional. En la empresa creamos ondas, las que se funden con otras y crean sistemas, que cambian formando nuevos sistemas. Esto se puede apreciar en los cambios en un equipo: puede empezar con asperezas e incomprensiones y puede cambiar en un todo homogéneo y dinámico.

La autora cuenta que su experiencia le demuestra que una empresa que es reorganizada, comprada por otros, crea muchas veces un caos, pero siempre hay personas que están reconstruyendo, trabajando fuerte y haciendo aportes creativos. Otros muchos, por supuesto pierden las esperanzas e intentan recuperarlas con el psicólogo o siquiatra. Lo que ocurría en los casos positivos era que se le otorgaba significado a la vida cotidiana, igual como ocurrió en los campos de concentración nazi, cuando algunos fueron capaces de soportarlos. De manera que el caos puede ser superado si se encuentra significado

El nuevo management científico.
Estamos en presencia del desarrollo de la ciencia en los ámbitos físico, químico y biológico. Las ciencias sociales sigue, en gran medida, dentro del marco conceptual newtoniano. En una oportunidad un estudioso de management presentó un complejo modelo matemático que incorporaba las variables necesarias para resolver problemas administrativos. Este no es el camino, aquí estamos en presencia de lo que se ha llamado “envidia por la física”. Creer que se es científico por que se usa el mecanicismo matemático. Pero no siempre ocurre este retraso de las ciencias sociales con respecto de las ciencias pesadas. En arte, la pintura de los holandeses, preocupados de capturar la luz, la de Turner registrando la luz como energía y las de los impresionistas que llegaron hasta la descomposición de la luz en puntos discretos fue paralela al avance de la Física en sus estudios sobre la luz.

La relación entre la administración y las ciencias es de larga data. Taylor y Gilbreth con sus estudios de tiempo-movimiento estaban en esa línea en el pasado. Pero la tarea actual es más compleja.

La Administración debe acudir a la Física y considerar que no está fuera del universo y percibir que este universo sugiere formas enteramente nuevas de comprensión. No debe asustarnos lo absurdo, puede ser una paradoja científica.

La sorpresa es un camino al descubrimiento. El cambio es la esencia del universo y la estabilidad debe ser global, pero como flujo y reflujo. El movimiento hacia la participación tiene su fundamento en la Física, el quantun enfatiza el rol de la participación. La participación va junto con la relación y cada vez más, la relación se aproxima a ser la materia. En el ámbito de la administración es reconocer al otro y aceptar su calidad de personas similar al gerente. El liderazgo no puede verse como situacional y de estilos, ahora entendemos que siempre depende del contexto y se refiere a las relaciones. El caos no debe asustarnos, es la puerta a nuevos niveles de orden.

La información adquiere una relevancia jamás pensada. Porque ahora hay que preguntarse ¿Es la información el ingrediente básico del universo? La información no es excesiva, lo que ocurre es que estamos avanzando a otros niveles, donde la libertad de generación, comunicación y transformación de la información es la única esperanza para conducir la empresa..

Finalmente, la autora valora la autoreferencia como fundamental y se inspira en la idea de Shakespeare “Sé sincero contigo mismo”. El sistema debe tener capacidad autoreferencial y no girar en círculos. Hay una relación entre la actividad individual y el todo. Esta autoreferencia debe ser “un núcleo claro de valores y visión, mantenido en movimiento mediante un diálogo continuado”.

Comentarios.
Este libro aplica, en gran medida, los conceptos de la nueva ciencia definidos por Fritjof Capra al ámbito de lo que la autora llama el management. Destaca que no hay conclusiones claras y precisas, pero hay un nuevo camino difuso que no se puede eludir, seguir la marcha por el camino mecanicista de hace trescientos años va en contra del avance del hombre. No hay certeza a donde se llega en este viaje y la única certeza es la incertidumbre.

Es evidente que las conexiones entre Física y management expuestos por la autora no están formuladas como verdades irrebatibles, están en un terreno nuevo, donde todo es posible.

Sin embargo, es evidente que la vieja ciencia fundamentó los enfoques vigentes en management que conciben a la burocracia como único sistema posible. La significación del cambio, el caos, el orden, las relaciones, la información, los campos y otros conceptos abren nuevos derroteros y fortalecen las tendencias nuevas en management como la gerencia participativa, la organización como organismo, la valorización de las personas, la información y el pensamiento.

La autora propone una lista de libros que se recomienda leer para avanzar en estos caminos, con ello refuerza la idea de que estas nuevas orientaciones en management están por construirse y hoy son una esperanza.

El libro contiene varias ilustraciones que muestran algunos casos de caos ordenados, fractales y rayos de mesones, términos que no pueden quedar al margen de todas las ciencias.

Patricio Orellana Vargas

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