Disculpas al vecino.

Un país serio pide disculpas cuando comete graves errores

 

Lo que corresponde a una persona para ser calificada de seria es que su entorno la califique como tal. Las autocalificaciones valen de muy poco. Esto también es válido en el plano internacional, un país es serio cuando en sus relaciones con los demás, éstos lo califican así.

En el vergonzoso caso de la venta de armas a Ecuador durante el conflicto que existió entre ese país y Perú, Chile ha actuado con una falta de seriedad rayana en la soberbia y la tozudez.

El Ministro Ravinet aseguró categóricamente que Chile no había vendido o entregado armas a Ecuador durante el conflicto. Era la voz autorizada como Ministro de Defensa.

Inmediatamente después el vocero del gobierno, Ministro Vidal ratificó esta aseveración en repetidas ocasiones.

Un general ecuatoriano había declarado que las armas se recibieron durante el conflicto y fue desautorizado por su gobierno.

Perú pidió explicaciones y Chile se negó a darlas. Se usaron excusas de todo tipo: que el presidente Lagos no respondía a cancilleres sino a sus iguales. Sin embargo un canciller subrogante de Chile fue el que respondió al Presidente Toledo y cuando Toledo fue quien pidió explicaciones, tampoco se las dieron.

Finalmente, desde Londres llegó la declaración del ex canciller subrogante, Mariano Fernández de que efectivamente Chile había entregado armas a Ecuador durante el conflicto.

Sin embargo, la actitud del gobierno chileno no cambió un ápice y se apoyó en que descubrieron que conforme a la diplomacia secreta se habían dado explicaciones oportunamente al gobierno peruano y éste las había aceptado. Hasta Fujimori (que era el presidente en esa época) rechazó haber aceptado las explicaciones.

El arbitro comprometido. Chile es garante del Tratado de Río de Janeiro que estableció la relación pacífica entre Perú y Ecuador. Es un rol de árbitro neutral, sin embargo, Chile ha estado lejos de ser neutral y es un proveedor habitual de armas a Ecuador, pues conforme a la geopolítica del siglo XIX Ecuador es su aliado natural que Pinochet exaltó durante su gobierno.

Esta venta de armas no es ilegal, pero carece de cualquier fundamento ético, pero lo que además es ilegal es la venta o entrega de armas cuando los países están en conflicto y pasa a ser una obligación en todos los planos para los garantes del Tratado de Río. Sin embargo se demostró que Chile había fallado hasta en esto y la entrega de armas a Ecuador durante el conflicto era un hecho cierto e irrefutable.

Sin duda alguna, esto afecta gravemente, no a la seriedad que se auto atribuye el gobierno, sino al honor de Chile.

Comedia de errores. Este acto vergonzoso para Chile, se presenta como una comedia de errores, todos sabían lo que había pasado, pero nadie lo decía. Parece que Ravinet actuó de total buena fe, su declaración estuvo fundada en la información que disponía, pero por alguna razón increíble el archivo pertinente lo tenía José Joaquín Brunner. Su compañero de Partido, Gabriel Valdés que sabía todo el entramado no le advirtió a Ravinet estos hechos que además sabía todo el personal de la embajada chilena en Lima.

Para eludir su responsabilidad el gobierno chileno ha desarrollado una campaña explicando que el presidente Toledo, que tiene escasa popularidad en su país (el 14% según las encuestas) aprovecha estos hechos para reconquistar el apoyo nacionalista. Con esto se elude el meollo del problema y el causante del embrollo es Toledo.

La otra explicación es que esto hechos son de hace 10 años y ya están añejos y hay que olvidarlos… hay que pensar en el futuro. Argumentos parecidos usa permanentemente la derecha para eludir su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos.

Cuando Perú votó en contra de Insulza en la OEA, su embajador expresó que Perú era un país humilde pero con dignidad y que sin prepotencia el gobierno peruano tenía la obligación de velar por la dignidad del país. Es una posición admisible en todo sentido.

Finalmente la explicación se funda en la diplomacia secreta que caracterizó a Chile. En 1995 se presentaron las explicaciones a Fujimori secretamente y éste las acepto…secretamente.

La mano negra de Pinochet.
Un diplomático peruano declaró que en estas maniobras él veía las manos de Pinochet, quien era el poder detrás del trono en la época en que se enviaron las armas a Ecuador. Nadie en Chile ha investigado esta posibilidad, pero es evidente que Pinochet tiene los antecedentes suficientes como traficante de armas y en especial por sus concepciones geopolíticas decimonónicas de apoyar a Ecuador en contra del Perú. ¿Quién mandaba en Chile en 1995? En esa época era Ministro de Defensa Edmundo Pérez, quien se preció de tener excelentes relaciones con Pinochet, lo que en buen chileno, quería decir que quien tenía el poder efectivo en materia militar era Pinochet. Por otra parte el Presidente de la época temblaba ante cualquier gruñido o tos del capitán general.

Cualquiera sea la causa de este lamentable actuar doble de nuestro gobierno hay que asumir las responsabilidades del caso.

Tanto el Ministro de Defensa como el Ministro Vidal deben reconocer que estaban mintiendo, lo que es improbable, o que fueron mal informados. Pero no basta con esta excusa, en los países civilizados el superior asume la responsabilidad política y lo que corresponde es la renuncia y la búsqueda de los que ocultaron la información. Por parte de la autoridad superior de una República Democrática es pedir humildemente las disculpas de un error que no tiene justificación alguna. La humildad es una virtud y la soberbia es un pecado.

Pedir que se investigue la responsabilidad de Edmundo Pérez y de Pinochet está fuera de las realidades políticas que caracterizan a un país que ha privilegiado las buenas relaciones exteriores con los grandes bloques y una política de prepotencia con sus vecinos.