La lucha de hoy es por el mañana

La lucha de hoy es por el mañana

 

Pasado, presente y futuro.

El neoliberalismo es una ideología que adopta la apariencia de ciencia económica que se ha especializado en explicar las crisis económicas a nivel mundial, pero ha sido permanentemente incapaz de preverlas y anticipar medidas para enfrentarlas. Algo parecido ocurre con la política del gobierno de Piñera.

El gobierno de la derecha explica y justifica permanentemente la emergencia de los problemas sociales y políticos como resultado de que la Concertación no los resolvió durante su largo mandato, a su vez los representantes de la Concertación sostienen que los problemas actuales tienen sus raíces en el modelo neo liberal que impuso la dictadura. Así, el pasado justifica las falencias del presente. Sin duda, casi todos los problemas sociales tienen sus raíces en el pasado. Pero no cabe duda que cualquier gobierno es elegido para resolver los problemas que existen, no para explicar de por qué existen. En el caso de las grandes movilizaciones populares por la educación, la explicación repetida de los voceros de gobierno fue culpar a la Concertación, con ello sólo justifican su incapacidad de enfrentar y resolver los problemas, que es la función de todo gobierno.

La sabiduría de los pueblos originarios, como los aimaraes, sostiene que el pasado está siempre frente a nosotros. El pasado no se puede eludir y si sus legados están presentes hay que enfrentarlos. Los problemas de la educación tienen su raíz en el pasado, pero también en las políticas del presente y la obligación de la sociedad y del Estado es resolverlos.

El mercado universitario.

En las últimas décadas, la educación universitaria, incluyenso los institutos técnicos y profesionales, ha experimentado profundas transformaciones, cuya expresión más significativa es la aparición del mercado universitario. Han surgido, estimuladas por el neoliberalismo, unas cuarenta universidades privadas, que junto a las tradicionales han sido capaces de expandirse a un ritmo insospechable. Actualmente, en un país como el nuestro, de 16 millones habitantes, hay un millón de estudiantes universitarios. Es una cobertura educacional que nunca se había alcanzado. El factor principal de esta proliferación de universidades es que son un negocio muy lucrativo que atrae a capitales de diversas fuentes porque tiene una alta rentabilidad, a pesar de que legalmente son instituciones sin fines de lucro.

Las causas de este lucro es que la educación, según el presidente Piñera es un bien de consumo, es decir una mercadería. Se puede agregar que esta mercadería tiene una gran demanda y una elasticidad de demanda muy rígida, porque los consumidores (los estudiantes y sus familias) la exigen en forma prioritaria y son capaces de pagar altos precios, aunque sea un gran sacrificio, porque se considera que a educación es la única forma efectiva para salir de la miseria y de ascenso social. El sistema de ptréstamos con aval del Estado es uno de los mejores negocios para los bancos que prestan a tasa doble de lo que les facilita el Banco Central y los riesgos son mínimos porque se descuentan obligatoriamente de sus sueldos o de las devoluciones de impuestos.

Sin embargo, la mercantilización de la educación no ha provocado que la competencia haya generado un mejoramiento de la calidad educacional, como establece la doctrina neoliberal, al contrario, las universidades-negocio se dedican exclusivamente a la docencia, abandonando totalmente la función de la investigación y la de extensión que generaba nuevos conocimientos y enriquecía la docencia. Las universidades-negocio sólo invierten en instalaciones y profesorado a los costos menores posibles y no dedican ningún recurso a la investigación porque les requeriría cuantiosas inversiones y baja rentabilidad. El resultado preciso es la baja calidad académica.

Sin embargo, la deficiente calidad de la educación ofrecida, es suplida a través de dos mecanismos mercantiles: la reducción o supresión total de requisitos académicos a sus postulantes (no se exige la PSU y basta, en muchos casos, haber cursado la enseñanza media, sin considerar ni siquiera las calificaciones obtenidas) y el uso intensivo del marketing y la publicidad para estimular la demanda, lo que le ha producido excelentes resultados financieros.

La competencia, que es el gran mecanismo del mercado, no funciona en el ámbito educacional, en primer lugar, es reconocida la calidad infinitamente superior de enseñanza de las universidades tradicionales, pero esto no modifica la calidad de las universidades-negocio porque hay una demanda suficientemente grande que es capaz de llenar completamente los cupos ofrecidos y realizar el lucro deseado. En segundo lugar, se ha empujado a una baja en la calidad promedio al restarle financiamiento a las universidades públicas. La Universidad de Chile apenas recibe como subsidio estatal el 10% de sus gastos, lo que la obliga al autofinanciamiento y debilita la investigación que en Chile casi un 90% es realizada exclusivamente por las universidades tradicionales. La situación de las universidades estatales regionales es aún peor.

El stock profesional.

El sistema o mercado universitario genera un producto único: el profesional. La aspiración masiva de la juventud es llegar a ser profesional y eso es lo que permite la existencia del lucro desbocado, porque las familias están dispuestas a los mayores sacrificios para que sus hijos se gradúen. Si hay un millón de estudiantes universitarios es probable que más de cien mil se gradúen cada año, lo que implicará que la profesionalización pasa a ser masiva. Hace algunas décadas en todo América Latina se graduaba una cantidad así. Esta producción de profesionales de todo tipo no tiene ninguna relación con el desarrollo del país, Sólo en algunas profesiones actualmente hay déficit, en la mayoría hay un abundante superávit. Por ejemplo, en Medicina hay un déficit que al ritmo actual de producción de médicos se cubrirá en un plazo máximo de cuatro años, después existirá un superávit creciente. En otras profesiones la situación actual es de superávit y los centenares de miles de profesionales que se graduarán en los próximos años no tendrán ocupación. En una década, estos egresados frustrados podrán llegar a ser un millón de personas y ya hay varias decenas de miles.

Esta situación será tremendamente grave pues habrá cientos de miles de profesionales desocupados y frustrados. Además gran parte de los graduados tendrán deudas gigantescas que dificultarán su vida. Estas deudas corresponden a los créditos bancarios con los cuales financiaron sus estudios En el caso de los agrónomos, por ejemplo, se ha calculado que al recibirse tendrán una deuda de 16 millones de pesos, lo que será un lastre muy difícil de llevar en los competitivos mercados laborales. Es como pretender que un nadador gane una competencia con un riel de ferrocarril amarrado a sus pies,

Esta masa de profesionales cesantes y endeudados configuran un nuevo grupo social fundado en la profunda frustración de haber obtenido algo que en la práctica carecía de valor social.

Estos grupos sociales serán, en realidad, reservas que podrán ser movilizadas masivamente y podrán provocar la desestabilización del sistema vigente. Pero las autoridades no tienen visión de futuro y sólo les interesa el corto plazo de su gobierno específico.

Experiencias internacionales.

Hay muchos países que en alguna medida han pasado o están pasando por crisis como esta. En Egipto Nasser promovió la enseñanza universitaria y se comprometió a ofrecerles empleo a todos los egresados, Al comienzo eso fue posible, pero en la medida que se masificó, los sucesivos gobiernos no pudieron cumplir este compromiso y los licenciados cesantes fueron una gran fuerza social, que en alguna medida explica lo que ocurrió recientemente en ese país. Otro caso, con algunas semejanzas es España que también enfrenta un cuestionamiento a todo el sistema político liderado por sus licenciados cesantes.

La miopía neoliberal.

Muchos de los ministros son o han sido propietarios y directivos de estas universidades-negocio y son convencidos partidarios del lucro. Así ocurre con el ex ministro de Educación, Joaquín Lavín, y con los ministros o ex ministros Cristián Larroulet, Pablo Longueira, Echeverría y otros. En esas alturas se relacionan con los propietarios que eran ministros de Pinochet como Büchi, Melnick, Prado y otros. Todos ellos se juntan con el contingentes de ex ministros de la Concertación y constituyen un poderosísimo grupo de presión vario pinto unido por el poderoso motor del lucro,

El gobierno neoliberal para enfrentar el creciente malestar y la movilización popular hace ofrecimientos vagos e imprecisos que se identifican con “la letra chica” de los contratos. El ex ministro de Educación ofrece “La revolución de la Educación” . (Ya había escrito “Chile revolución silenciosa” donde alababa la dictadura militar), poco después Piñera ofrecía el GANE, Gran Acuerdo Nacional de la Educación, Hasta ahora no se sabe con quién era el acuerdo, al parecer sólo consigo mismo o con Lavín. Declaró que se otorgaban cuatro mil millones de dólares a la educación superior, poco después se señaló que eran tres mil y más adelante se especificó que eran los intereses de fondos depositados en bancos internacionales y posteriormente se señalo que ya se había aumentado el presupuesto de educación y que no eran nuevos fondos. Finalmente parece que se ratificaron estas cifras volubles.

Utilizando el control total de los medios de comunicación, las grandes movilizaciones masivas por la educación fueron caricaturizadas como manifestaciones violentas que destruían los bienes públicos y privados, eso era lo central y se minimizaba todo lo relativo al contenido sustancial, la creatividad y el carácter pacífico mayoritario. Carabineros, encargado de mantener el orden público, escondía su incapacidad presentándose como víctima cuando se trata de tropas entrenadas para impedir manifestaciones públicas. La otra estratagema fue minimizar la participación, informando de una escasa asistencia y construyendo la imagen de que los que no participaban era una inmensa mayoría silenciosa que apoyaba al gobierno y al orden establecido. Cuando las encuestas mostraban el debilitado apoyo al gobierno, argumentaban que no eran significativas. Finalmente amenazaban con la pérdida del año de estudios a los estudiantes secundarios y universitarios. Todo esto para prolongar el conflicto, no dar solución y lograr el cansancio y abandono de las manifestaciones por parte de los estudiantes y trabajadores.

La culminación fue la amenaza de procesar a los que habían convocado a las manifestaciones porque habían existido actos de vandalismo. Medida que atenta al sentido básico del derecho que considera culpable de los delitos al hechor y no a los que convoquen a un acto social. De otra manera, cuando en los partidos de fútbol hay actos de vandalismo, debería procesarse a los dueños de los clubes respectivos, todos ellos grandes empresarios, encabezados por Piñera que era dueño del club más popular y que era el que más vándalos tenía entre sus afiliados. Sin embargo, nadie propuso que en vez de procesar a los vándalos se procesara a Piñera, el actual presidente, como dueño y responsable final del acto deportivo.

El GANE legaliza el lucro.

La intención declarada del Presidente Piñera es que las universidades que se guían por el lucro reconozcan esta situación y empiecen a pagar los impuestos correspondientes. De esta manera se logran dos objetivos importantes, en primer lugar se reconoce que el lucro debe ser la finalidad de algunas entidades educacionales y en segundo lugar se libera de responsabilidad a aquellas empresas educacionales que obtenían ganacias ilegalmente y cometían delito tributario al eludir su pago. Con este reconocimiento se legaliza el lucro educacional y se elude el pago y sanciones por los delitos tributarios cometidos. Así los delincuentes quedan libre de culpa y pasan a ser ciudadanos sin antecedentes penales.

¿Mercadería o derecho?

El Presidente Piñera declaró oficialmente que la educación era un bien de consumo, ni siquiera la definió como servicio o bien de capital, la definió como la más típica mercadería: los bienes de consumo.

El movimiento estudiantil ha bregado porque la educación se entienda como un derecho, para ello se inspira en la tradición chilena y en gran medida latinoamericana, pero también en el estricto sentido que establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos como que “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental”, sin embargo, en Chile hay un proceso de desplazamiento de la educación pública gratuita y cada vez adquiere mayor vigencia la educación privada pagada. Además señala que “el acceso a los estudios superiores será igual para todos en función de los méritos respectivos”. A pesar de que Chile firmó y además participó en la redacción de esta Declaración, ahora ella es supeditada a los condicionamientos del mercado y quien paga puede estudiar lo que quiera y el mérito no tiene preponderancia.

Considerando que la educación es una “mercadería” altamente apreciada, para los negociantes, este mercado es francamente auspicioso y ya hay compraventa de universidades y consorcios internacionales o nacionales han comprado la universidad Andrés Bello en 250 millones de dólares y la de Santo Tomás en 70 millones de dólares. ¿Algún financista estaría dispuesto a arriesgar esas sumas en compras de instituciones que no generan abundantes ganancias?

La educación primaria y secundaria en el nivel municipal ha sido un éxito en muchos países pues ha permitido a las familias intervenir directamente en la educación de sus hijos, pero en Chile ha sido un rotundo fracaso, pues su finalidad fue radicalmente distinta. Se estableció como parte integrante y sustancial del modelo neoliberal y sólo pretendía reducir el gasto en educación- como efectivamente se hizo- al traspasar las obligaciones y gastos a las municipalidades, pero reduciendo sustancialmente el aporte fiscal y provocando su desfinanciamiento y su deterioro masivo. Actualmente todas las familias que pueden mandan a sus hijos a otras escuelas y así se destruye el sistema educacional público y lo transforma en un nuevo y auspicioso mercado para el lucro.

La lucha actual es por el futuro.

Esta lucha ha sido muy prolongada y ha movilizado a la mayoría de la población. El gobierno ha actuado como un negociante experto: rechazo total, justificaciones económicas, explicaciones ideológicas, cambios de ofertas, deplazamientos, vaguedad y confusión en los ofrecimientos, felicitaciones al movimiento social y descalificación del mismo, cambios radicales y especialmente importancia trascendente de la letra chica. La visión mercantil es de que se trata de una transacción y hay que lograr engañar y cazar al cliente con toda la parafernalia del marketing y las técnicas modernas de la negociación

La lucha de estudiantes y profesores ha sido un campaña sacrificada para asegurar el futuro de la juventud y no se limita a aspiraciones de corto plazo. El ingenio, el arte, la creatividad, el humor, la seriedad y los valores son las herramientas utilizadas para desarmar la mano dura, la intransigencia y finalmente los intereses económicos de quienes lucran con la educación. Con mucha razón, Violeta Parra les cantó :

Me gustan los estudiantes porque levantan el pecho

cuando le dicen harina sabiendo que eso es afrecho”

Así se trata de construir un nuevo sistema educacional que se centre en la persona y su felicidad y no en el lucro de los inversionistas , mercaderes y bancos.

Santiago, agosto del 2011

*Profesor de la Universidad de Chile, retirado.