Cómo comunicarse con los dioses.

Cómo comunicarse con los dioses.

Patricio Orellana Vargas

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Para unos amigos franceses, con los cuales trabajé durante el gobierno de la Unidad Popular, esa fue la mejor experiencia de su vida: estábamos cambiando el mundo y nunca la olvidaron.

Cuando se produjo el golpe militar de la derecha, ellos salvaron y ayudaron a muchas personas a refugiarse en embajadas.

Han pasado muchos años y seguimos siendo amigos, unidos por una correspondencia, ahora por Internet, de manera que siempre me envían fotos de los lugares que van a trabajar o a visitar y también libros de pintura, porque saben de mis aficiones. Yo por mi parte les envío algún libro que explique la historia de nuestro país en las últimas décadas.

Uno de estos amigos, es un destacado matemático y sigue dando conferencias en diversas universidades y con su esposa, que fue una alta funcionaria de la Comunidad Europea, forman una pareja que, por lo menos una vez al año, van a Nepal a realizar su deporte favorito: el montañismo, o alpinismo como lo llaman en Europa. Trepan por las montañas del Himalaya, desde allá me envían numerosas fotos de Katmandú, de aldeas y de las montañas que escalan. En las aldeas se ven habitualmente cordeles que van desde los techos de las casas hasta unos postes y que sujetan banderines cuadrados de diversos colores que se agitan con los violentos vientos del Himalaya. También estos banderines están en lo alto de los templos .Yo pensaba que eran adornos que reemplazaban a las flores que en esas latitudes no se deben dar.

Hasta aquí, para mí, esas eran visiones de un mundo muy lejano. Pero como es su costumbre me envían algún recuerdo singular de los países que visitan, además de las series de fotografías. Desde Japón me enviaron un libro de pinturas que contiene unos veinte cuadros de un famoso pintor japonés del siglo XIX, son cuadros que están pegados y se extienden como un acordeón de más de diez metros. De Nepal, se les ocurrió mandarme un cordel con diez de los mencionados banderines, contándome que sus escrituras son oraciones hinduistas, que según la tradición de Nepal, el viento vertiginoso las lleva a los dioses y que ellas valen tanto como las oraciones rezadas personalmente.

Finalmente, después de mirar estas banderillas y no entender nada, pues están en nepalés, decidí respetar la costumbre y las coloqué en el jardín de mi casa, aunque aquí no tenemos vientos como los del Himalaya.

A veces algunas personas me preguntan que son esas banderillas y yo les cuento su significado. Me miran y piensan que soy uno de esos pocos hinduistas chilenos que andan bailando o tocando tamboriles en alguna plaza. Menos entienden cuando les digo que no soy creyente, pero que respeto todas las religiones y espero que los dioses no se enojen con estos envíos, especialmente porque no deben saber quién es el remitente.

En las fotos* que ilustran esta nota, pueden apreciar estas banderillas que desde el oriente han venido a permitir comunicarnos con los dioses.

Espero que mis amigos franceses acepten el destino que les di a su presente.

banderines

Fotos de Cristián Orellana

Santiago, Julio de 2017