Petit, Pastor D., Seguridad Empresarial

Pastor Petit, D., Seguridad Empresarial

 

Pastor Petit D., Seguridad Empresarial. Madrid: Mapfre, 1982. 211 p: ilus, tbls.

El texto persigue un doble objetivo, dar a conocer los pormenores de la seguridad empresarial en las distintas áreas de la institución y concientizar al lector de su preponderancia, dados los altos niveles de criminalidad.

La introducción plantea bastante esto último, y manifiesta la imprecisión o ambigüedad con que los españoles afrontan la temática. Es valido hablar de los españoles, puesto que el autor da una importancia desmedida a la realidad de su país, que si bien es extrapolable a otras latitudes, en más de una ocasión peca de un marcado encasillamiento.

Luego de pasearse por las que a su juicio son las motivaciones de la actual y universal ola de violencia – entre las cuales cita al desempleo, agotamiento de los pozos petrolíferos, el culto al sexo y la inmigración – indica que el grueso de la obra se centrará en ofrecer los métodos con los que se luchará contra el ” cainismo desencadenado”.

El libro consta de once capítulos más un epílogo, siendo los cuatro primeros la parte central del trabajo, tanto por extensión como por contenido, además la escasa bibliografía citada se concentra en ellos.

El primer capítulo da un marco referencial sobre la seguridad, dividiendo esta en cuatro fases :

I.- Protección o Defensa pasiva: Es la protección clásica, y por lo tanto la más elemental, que va desde muros, protecciones, vallas, tapias, fosos, torreones de vigilancia, cámaras y micrófonos ocultos en zonas de riesgo hasta perros e identificación del personal con foto en el ojal.

II.- Protección o recurso contra siniestros: La que deriva de la suscripción de una póliza de seguros contra robo, incendio, vida, secuestro etc. Es un recurso por medio del cual el propietario se anticipa a casos de siniestro fortuito susceptible de ser indemnizado.

III.- Protección activa: A denominar también como viva o humana por cuanto se funda en la utilización del factor humano, se alude en síntesis a guardias armados, controles planificados ante ciertas situaciones, etc.

IV.- Unidad de Inteligencia: órgano integrado por una o dos personas con la misión de reunir informaciones sobre : Productos, Mercado y Competencia. Esta UI operan con medios honestos y legales, su metodología se caracteriza por su dinamismo y sutileza de acción, con “ágiles tentáculos informativos”. Se le suele disfrazar con eufemísticos nombres como: Informática, Centro de Documentación, Estudios de Marketing, etc…pues se trata de impedir que nadie identifique a la UI con una mini CIA dentro de la empresa.

El autor plantea el analizar en cual de las fases se encuentra su empresa y que le detiene para instalar una Unidad de Inteligencia en su compañia, siempre que cuente con más de 250 operarios.

No es de extrañar la utilización de términos como CIA interna, espionaje y agentes, ya que se insiste en que agentes retirados del FBI y la CIA son contratados por empresas americanas para vigilar tanto los riesgos interiores (gerencia, jefes de sección, subalternos, oficinas) como los riesgos exteriores (proveedores, clientes, colaboradores externos, competencia, vecindad y visitantes), este intrincado método de seguridad debería ser copiado por empresas españolas, contratando a ex militares expertos en seguridad interna.

El segundo capítulo aborda los Métodos de protección para las industrias, planteando uno de los principios básicos de la seguridad: una defensa producto del análisis y fraccionamiento, es decir, estudiar cada sección en si misma y luego su relación o vinculación con el resto de la entidad.

Por tal efecto se divide la empresa en once partes desde las plantas industriales con sus anexos ubicados fuera del marco urbano, hasta la biblioteca, club, campo de deportes o bar, pasando por almacenes, fotocopiadora y garajes entre otras dependencias.

En cada caso se inventan las debilidades típicas o usuales, y luego las prevenciones a estas.

Se destaca además en el capitulo, un cuestionario de Cálculo de Factores de Riesgo, en función a este, se puede ponderar el nivel de seguridad de la compañía y cuales podrían ser alcanzados en relación a las necesidades de la empresa.

El tercer capítulo se aboca también a los métodos de protección, pero esta vez para los comercios (Tiendas, Supermercados, ferreterías, farmacias etc).

Los medios económicos para prevención y protección son más limitados, sin embargo se plantea alguna estrategia defensiva con la cooperación de los empleados, pero siempre viendo en ellos una amenaza tan grande como la exterior, por ende y pese a la cooperación que los empleados deben mostrar, se recomiendan los uniformes carentes de bolsillos, eso si, se insiste en el trato humano.

Estas contradicciones en las relaciones humanas son comunes a lo largo de la obra, al parecer el autor, que es bastante autoreferativo en cada uno de sus comentarios y opiniones, se basa en su experiencia personal y esta debe ser limitada en cuanto a tratar con la gente, desde la perspectiva de dar un servicio al cliente teniendo por centro a este.

Por ejemplo recomienda a los vendedores tener una actitud fría, y sería con los desconocidos y solamente cordial con los clientes acreditados, recalca que al cliente no debe darse la impresión de debilidad o temor.

Además de dar estos consejos que ahuyentarían a mas de algún cliente duditativo o quisquilloso, se prosigue a dividir por secciones a los establecimientos comerciales tal como se hizo con las industrias, siguiendo el patrón anterior.

Esto también es valido para el cuarto capítulo que trata de seguridad en bancos, joyerías y museos. Si bien es cierto la estructura es similar, los contenidos no son muy extensos ni tiene la profundidad que uno podría imaginar, se alude motivos de seguridad ” a fin de no descubrir los mil un ardiles que puede aconsejar el consultor de seguridad a su cliente “, también debemos recordar que el desenfrenado cainismo esta atento a toda información que le pueda ser útil.

Los siguientes capítulos son de menor extensión y sus contenidos son poco consistentes, podrían ser catalogados como una serie de consejos, sugerencias en torno a estar atentos a las nuevas tecnologías, relaciones humanas y seguridad entre otros tópicos.

La obra debió ser una guía de puntos a controlar para obtener una mayor seguridad en las empresas, pero cae en un conjunto de sugerencias nacidas de la experiencia del autor, los datos técnicos son mínimos y simplones. Un tinte alarmista en torno a toda circunstancia y ser vivo caracteriza al libro, y es comprensible, aterrar un poco a los empresarios es una buena táctica para un asesor en seguridad industrial.

Un exceso de narcicismo hace que el autor de su parecido en muchos ámbitos sin ninguna consecuencia y escasa preparación. Sus divagaciones van desde comentarios fascistoides sobre Amnesty International, el sistema educacional español, la arquitectura y recetas para vencer el miedo.

Patricio Orellana Vargas

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